domingo, 29 de abril de 2012

No todos somos iguales

En 1789 la revolución francesa triunfó con el lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Posteriormente todas las constituciones democráticas han postulado en sus principios el de igualdad. La justicia se basa en ese mismo principio de igualdad ante la ley para todos los ciudadanos, incluso el Rey fue alabado por los distintos medios de comunicación, y todos los partidos del espectro político español por mencionar este principio en su clásico discurso de Navidad. Por ende las leyes intentan preservar ese derecho de igualdad. También la Ley 27/2011 ó de reforma de la jubilación, por la cual no se iban a permitir las llamadas prejubilaciones.

Sin embargo cual es mi estupor cuando esta semana en diferentes medios se informa de que en la antigua CAN, y debido a la fusión con CaixaBank, se adaptarán diversas medidas para ajustar la mano de obra, entre otras las de prejubilaciones con 52 años y el 80-90 % del sueldo. Esta empresa lleva así más de una década desde que empezó la fusión con Caja Pamplona, …,y todos sabemos como ha continuado.

Tengo un amigo que con 54 años, el mes que viene se le acaba la prestación por desempleo, tras llevar toda su vida trabajando, fue victima de un “ajuste de plantilla”, allí no hubo prejubilaciones. Tengo otro, un poco más joven, con un historial laboral de altas responsabilidades en grandes empresas que incluso fue portada de la revista Actualidad Económica, y que tras meses buscando empleo se está preparando oposiciones para cartero. Así puedo contar numerosos casos (muchos de ellos de personas con responsabilidades, algunas muy altas, en sus organizaciones) incluido el mío propio. Y todos muy profesionales en sus puestos, cualidad que hoy en día se echa muy en falta. Este tema (la profesionalidad) daría para otra carta.

Ninguno de nosotros nos vamos a poder prejubilar, ni siquiera jubilar anticipadamente, y posiblemente tengamos que trabajar, si nos contratan, hasta los 67 años con sueldos “mileuristas” (y contentos) y así tener derecho a una pensión, no muy boyante. Pues con la forma de calcularlas (igual me da que sean los 15 ó los 25 últimos años cotizados) se está penalizando a una generación a la que se nos ha cambiado el paso, se nos educó en la cultura del esfuerzo (somos los últimos mohicanos del lema “con sangre entra”, empezamos un curso en primaria y lo acabamos en EGB) para llegar a ser alguien y cuando lo habíamos conseguido se nos despide, no se nos quiere contratar por “viejos” (a partir de 45 años eres un apestado laboralmente) y además nos penalizan por ello en nuestra jubilación.

Mientras hay otros a los que se les premia, se les asegura su renta en un 75, 80, 90 e incluso 100 por 100. Se estima que el cálculo de necesidad de jubilación es del 70% según diversas consultorías norteamericanas. Por desgracia no todos somos iguales ante la ley.

Lo justo (mejor dicho lo menos injusto) sería que las pensiones de jubilación se calcularán con toda la vida laboral, obviamente para todos los contribuyentes. Incluidos políticos y señores directivos de cajas-bancos que las han mal gestionado y ahora se blindan o se acogen a prerrogativas que al resto de trabajadores no se nos permiten. Especialmente de pequeñas y medianas empresas o de líneas y talleres de producción de las grandes empresas. Pues debemos llegar a los 38 y medio años cotizados o continuar trabajando hasta los 67 años de edad, aunque eso implique ir con muletas al trabajo (es una forma de hablar) o “dopados” (medicados) para aguantar y sobrellevar los ritmos de producción.

(Un Resilente)

Nota: Publicada en el Diario de Navarra como Carta de los Lectores el 29-04-2012.