En 1789 la revolución francesa
triunfó con el lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Posteriormente
todas las constituciones democráticas han postulado en sus principios el
de igualdad. La justicia se basa en ese mismo principio de igualdad
ante la ley para todos los ciudadanos, incluso el Rey fue alabado por
los distintos medios de comunicación, y todos los partidos del espectro
político español por mencionar este principio en su clásico discurso de
Navidad. Por ende las leyes intentan preservar ese derecho de igualdad.
También la Ley 27/2011 ó de reforma de la jubilación, por la cual no se
iban a permitir las llamadas prejubilaciones.
Sin
embargo cual es mi estupor cuando esta semana en diferentes medios se
informa de que en la antigua CAN, y debido a la fusión con CaixaBank, se
adaptarán diversas medidas para ajustar la mano de obra, entre otras
las de prejubilaciones con 52 años y el 80-90 % del sueldo. Esta empresa
lleva así más de una década desde que empezó la fusión con Caja
Pamplona, …,y todos sabemos como ha continuado.
Tengo
un amigo que con 54 años, el mes que viene se le acaba la prestación
por desempleo, tras llevar toda su vida trabajando, fue victima de un
“ajuste de plantilla”, allí no hubo prejubilaciones. Tengo otro, un poco
más joven, con un historial laboral de altas responsabilidades en
grandes empresas que incluso fue portada de la revista Actualidad
Económica, y que tras meses buscando empleo se está preparando
oposiciones para cartero. Así puedo contar numerosos casos (muchos de
ellos de personas con responsabilidades, algunas muy altas, en sus
organizaciones) incluido el mío propio. Y todos muy profesionales en sus
puestos, cualidad que hoy en día se echa muy en falta. Este tema (la
profesionalidad) daría para otra carta.
Ninguno
de nosotros nos vamos a poder prejubilar, ni siquiera jubilar
anticipadamente, y posiblemente tengamos que trabajar, si nos contratan,
hasta los 67 años con sueldos “mileuristas” (y contentos) y así tener derecho
a una pensión, no muy boyante. Pues con la forma de calcularlas (igual
me da que sean los 15 ó los 25 últimos años cotizados) se está
penalizando a una generación a la que se nos ha cambiado el paso, se nos
educó en la cultura del esfuerzo (somos los últimos mohicanos del lema
“con sangre entra”, empezamos un curso en primaria y lo acabamos en EGB)
para llegar a ser alguien y cuando lo habíamos conseguido se nos
despide, no se nos quiere contratar por “viejos” (a partir de 45 años
eres un apestado laboralmente) y además nos penalizan por ello en
nuestra jubilación.
Mientras
hay otros a los que se les premia, se les asegura su renta en un 75,
80, 90 e incluso 100 por 100. Se estima que el cálculo de necesidad de
jubilación es del 70% según diversas consultorías norteamericanas. Por
desgracia no todos somos iguales ante la ley.
Lo
justo (mejor dicho lo menos injusto) sería que las pensiones de
jubilación se calcularán con toda la vida laboral, obviamente para todos
los contribuyentes. Incluidos políticos y señores directivos de
cajas-bancos que las han mal gestionado y ahora se blindan o se acogen a
prerrogativas que al resto de trabajadores no se nos permiten.
Especialmente de pequeñas y medianas empresas o de líneas y talleres de
producción de las grandes empresas. Pues debemos llegar a los 38 y medio
años cotizados o continuar trabajando hasta los 67 años de edad, aunque
eso implique ir con muletas al trabajo (es una forma de hablar) o
“dopados” (medicados) para aguantar y sobrellevar los ritmos de
producción.