jueves, 28 de diciembre de 2017

La inocentada de las pensiones

Hace unos días mi amigo y compañero de sección, Javier Otazu, reflexionaba sobre las diferencias entre lo urgente y lo importante. Son términos fáciles de distinguir pero que muchas personas confunden porque se dejan llevar por la espiral del día a día y la inmediatez que nos atosiga.

En el caso de nuestros políticos porque están más pendientes de las encuestas y barómetros que de resolver los problemas que acucian y preocupan a los ciudadanos, como bien se sinceró Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea: “sabemos qué hacer para salir de la crisis, pero no sabemos cómo salir reelegidos si lo hacemos”. Podemos sustituir la palabra crisis por cualquier problema importante que nos desasosiegue a los ciudadanos.

Si hay un problema que tarde temprano, y cada vez más pronto, inquieta a los trabajadores es el de la pensión de jubilación. Es uno de esos temas que suelen aparecer en los ríos de la información cada cierto tiempo pero que nunca nadie lo pesca para meterle mano porque la solución no es fácil, y hágase lo que se haga implicará pérdida de votos. Por ello cuando se está en la oposición se dice que lo resolverán y cuando se está en el gobierno se corre un tupido velo y si no queda más remedio se parchea. Y así mientras nos acercamos inexorablemente al precipicio.

El debate de las pensiones ha sido siempre una de las estrellas en campaña electoral. De manera que el gobernante las subía cuando iba a convocar elecciones, para así comprar votas de los estómagos agradecidos. Hasta que se firmó el famoso Pacto de Toledo. El cual el innombrable señor de la ceja convirtió en papel mojado, al congelar por primera vez desde el acuerdo las pensiones. Posteriormente el Don Tancredo que ahora nos “gobierna” se jacta en decir que las pensiones están aseguradas. Malo sea, el problema no es el aseguramiento de la pensión sino si la cantidad de la misma va a ser digna y justa de acuerdo a lo cotizado y si a lo largo del tiempo de la jubilación, el cual se ha aumentado debido al aumento de la esperanza de vida, va a mantener o sostener el poder adquisitivo del pensionista. Y es aquí donde está el nudo gordiano de las pensiones. Amén de la falta de trabajo para que la caja aumente los ingresos, así como el bajo nivel salarial que también influye en los mismos (un dato el salario medio en España, según el Instituto Nacional de Estadística, disminuyó en 2016 por primera vez en una década) y del descenso de la población con el consiguiente envejecimiento e inversión de la pirámide.

Está claro que hay que modificar las reglas de juego el problema es para los que ahora están en el terreno de juego y en la prórroga, pues les están dando por todos los lados y van a ser los pagafantas (por no emplear una expresión más dura y lupanar) sin comerlo ni beberlo. Y buscando o creando problemas de otra índole no se va arreglar este.

En este último año han sido bastantes los artículos publicados acerca del % de la pensión respecto al último salario en activo y su inevitable comparación con los de los países europeos. Lo que por desgracia, en estos artículos claramente sin mala intención (léase con ironía y hasta sarcasmo), se obviaba era la comparativa salarial y el sistema de cotización de esos países sin olvidar su sistema fiscal y la relación o proporción de los ingresos por cotizaciones e IVA. Y si uno hace la cuenta de la vieja y aplica la regla de tres, que ahora en muchos métodos modernos de aprendizaje de matemáticas está proscrita, a lo mejor resulta que el 50% de mucho es bastante mayor que el 75% de poco. Pero …

Por otro lado es enojante que la inactividad en resolver el asunto se combina con la propaganda de que las personas en activo ahorren y/o inviertan en planes de pensiones y la guinda a este desaguisado la pone nuestro cuatripartito foral con la nueva reforma fiscal, penalizando el ahorro y suprimiendo las ventajas fiscales de los planes de pensiones. Parece una broma de muy mal gusto. Les sangramos doblemente al trabajar (contención salarial y subida de unos puntos en el IRPF), les avisamos que sus pensiones van a bajar sustancialmente del 75 al 50% de su nómina y les chupamos de sus ahorros y planes de pensiones. Además nos olvidamos de favorecer la natalidad y a las familias numerosas les desanimamos por ello. Y para ponerlo fácil a los jóvenes no les contratamos porque no tienen experiencia y a los talludicos tampoco por tener demasiada y no sea que coticen demasiado y halla que pagarles el 100% del 50% de su “!suculenta” nómina.


Vamos que parece que nos ha invitado Juanma López Iturriaga a la gala de ¡Inocente, inocente! Menos mal que estamos en Navidad y pronto llegaran los Reyes Magos y alguien tiene que ser el tonto del haba para pagar el rosco.

Nota: Publicado el 29-12-2018 en Navarra Información y el 05-01-2018 en Diario de Navarra


Cuanta razón tienes Jesús.
PA

Muchas gracias por la referencia
JO

Para que te metes con las pensiones, dejanos!
MA

Muchas gracias por la referencia
JO

Enhorabuena por tu artículo en DN!!!
MJI

Esta vez me ha gustado. Debes escribir sencillo, así, para que te entienda la gente. 
Además citas a Javier, muy bien.
M MA

jueves, 7 de diciembre de 2017

A impuestos nórdicos, gestión nórdica

Entrado el otoño cuando la climatología arrecia, avisándonos del invierno, los “gestores” de las diferentes administraciones, que nos “gobiernan”, presentan, para su debate y aprobación, los presupuestos para el ejercicio, que pronto, va a comenzar.
Voces más experimentadas nos vienen explicando que a veces menos es más, la conocida curva de Laffer; que no hay fórmula mágica para ello, pero que hay que buscar el equilibrio entre impuestos directos e indirectos lo que se traduce simplificando para el contribuyente normal entre IRPF más contribuciones e IVA´s. También advierten que de nada nos vale tener la posibilidad de una fiscalidad propia si lo que hacemos en vez de sacar ventaja competitiva de ella, es ahuyentar a la inversión perdiendo posibilidades de aumentar el empleo y provocar que el ahorro se vaya a pastos más jugosos.
Es curioso lo que podemos denominar el efecto muga, lo que unos predican y llevan a cabo en su lado, justo hacen lo contrario en el otro. Lo que provoca y alimenta la suposición de una mano maquiavélica para conspirar contra nuestra singularidad y especificidad tan en entredicho en los debates de la reforma de la constitución como en el de la financiación autonómica, cuyo melón se partirá a partir de los resultados del 21 D en Cataluña.
De un tiempo a esta parte, y por motivos ajenos a nuestra voluntad, los españolitos hemos tenido que aprender de economía, ¡a la fuerza ahorcan!. Y por ello el debate además de en los plenos se da también en las sobremesas familiares y en los encuentros de amigos y cuadrillas. Así que nos encontramos que cuando alguno se queja de la nueva vuelta de tuerca en la fiscalidad navarra, los afines al cuadripartito, que algunos empiezan a llamar cutrepartito, lo justifican diciendo que “queremos servicios nórdicos pagando impuestos africanos”. A lo que los otros, cercanos a la oposición replican “con sueldos y condiciones laborales chinas difícil sacar para servicios nórdicos”. En medio de la discusión siempre aparece la tercera vía; la de aquellos (minoría) que les gustaría pagar más impuestos, siendo señal de que ganan más. Y que estarían más que contentos teniendo “servicios nórdicos, con sueldos nórdicos y por supuesto con políticos nórdicos”.
Nuestra presidenta se queja diciendo que ella no achicharra, ni asfixia a impuestos a los navarros. Mientras el consejero del ramo se nos desvela como un híbrido entre el sheriff de Nottingham Forest y algún mago de Howards a juzgar por su habilidad para dar cada año una nueva vuelta de tuerca a la fiscalidad.
Sus modificaciones provocan temblores en las carteras de los navarricos de clase media, ya que los de clase humilde ya no pueden ser más exprimidos pues bastante tienen con llegar a fin de mes, en una de las comunidades más caras, con sueldos de mini empleos o precarios; y los de clase pudiente o tienen la posibilidad de contratar a buenos asesores que les exoneran de pagar todo los que les toca o como el capital no tiene sentimientos, ni patria deciden trasladar su domicilio fiscal, algo que se ha puesto de moda, últimamente.
Los contribuyentes y votantes sabemos que la diferencia entre las mal llamadas izquierdas y derechas en la actualidad, salvo extremismos y populismos de reciente aparición, es, aparte de los ajustes fiscales de rigor, sobre todo y especialmente en la gestión de esas recaudaciones.
Y es aquí donde el ansiado cambio más brilla por su ausencia. Ya que lejos de lograr la cuadratura del círculo de los cuentas forales, se opta por la solución fácil de aumentar la recaudación para continuar con el gasto público, sin preocuparse por el déficit. Hecho confesado por el propio gobierno y quienes los sustentan sin el menor asomo de rubor. Pero tras dos años y medio siguen hablando de la herencia recibida, claro que para lo malo.
Lo que enerva a la mayoría es que se nos pida contención salarial, que ahorremos y se nos exija un buen uso de los servicios públicos, y por contra observemos falta de celeridad e incluso cierta permisividad ante las ocupaciones de edificios públicos, además de falta de rigor y seguimiento en la concesión de ayudas sociales como en el reciente caso del que podemos llamar “clan del Tenis”. Mientras la Sanidad no termina de reducir las listas de espera, en Educación las oposiciones y las listas traen de cabeza a los sucesivos equipos, y en Interior resulta que ahora no llegamos a cubrir los servicios, la causa la ley que ellos mismos aprobaron. Podemos seguir con una lista interminable, infraestructuras, medio ambiente, energía, vivienda,....
De ahí que algunos pidan políticos y gestión con estilo nórdico que sean coherentes, buenos gestores y si se les pilla en un renuncio, tengan la gallardía de dejar paso a otros. Claro que para eso hay que tener banquillo o saber fichar, algo inusual en nuestra política, y por supuesto vergüenza.


Nota: Publicado el 09-12-2018 en Diario de Navarra titulado "Más gestores y menos políticos" y en Navarra Información