viernes, 1 de octubre de 2021

Otra historia del volcán

Un enjambre de seísmos anunció la inminente erupción de un volcán en la isla de La Palma, la conocida como isla Bonita del archipiélago afortunado. Por fin tras meses de incertidumbre la tierra se abrió en Cumbre Vieja y comenzó a emanar lava a raudales.

La ira del manto terráqueo se desbardaba por bocas y fisuras sin ton ni son. El dantesco espectáculo nos tenía atrapados frente al televisor, zapeando de canal en canal. En busca de nuevas imágenes que nos petrificaban en el sofá ante la magnitud de la naturaleza, mostrándonos nuestra insignificancia.

Mientras los ríos de magma avanzaban, los medios nos enseñaban la angustia de los afectados, sus pérdidas y desesperación. Los periodistas, tertulianos y expertos vulcanólogos no paraban de hablar de los peligros de los piroclásticos, las lluvias acidas, los gases tóxicos.

Las imágenes nos mostraban como la lava destruía todo a su paso: casas, plataneras, carreteras, iglesias. Especulaban cuando y por donde llegaría a producirse el peligroso encuentro entre la mar y la lava.

Junto al faro de Fuencaliente se erige una sencilla cruz. Esta es su historia, de la que nadie habla y pocos conocen.

Corría el año de 1570 y Don Luis de Vasconcelos, recién nombrado nuevo gobernador de Brasil zarpaba desde Lisboa camino al nuevo mundo para tomar posesión.

La expedición se entretuvo en la isla de Madeira. El capitán de la nao Santiago solicitó permiso para abandonar el convoy y adelantarse en solitario hasta las Islas Canarias.

En ella viajaba Ignacio Azevedo, jesuita portugués, que tras recorrer durante dos años Brasil y viendo el mucho trabajo por hacer, retornó al viejo continente con la intención de reclutar a varias decenas de jóvenes, con habilidades en diferentes oficios, para establecer una misión.

Jacques Sourie era un hugonote normando, conocido como el Ángel Exterminador. Surcaba los mares bajo la patente de corso, que Juana III de Albret le había otorgado. La reina de Navarra se había convertido al calvinismo, implantándolo en su territorio.

El 15 de julio de 1570 el corsario atacó la nao sin piedad. Los cuarenta jesuitas fueron pasados a cuchillo y arrojados al mar, algunos todavía con vida, frente a la costa de Tazacorte.

El papa Pio IX los beatificó en el siglo XIX. Se les conoce como los mártires de Tazacorte o mártires del Brasil.

No hace mucho, se arrojaron cuarenta cruces, en el lugar del abordaje, a pocas millas de la costa. En donde las coladas de lava han hecho contacto con el océano.

jueves, 30 de septiembre de 2021

La noche más larga

 

La noche ha sido larga y la amanecida es fría. Voy camino del cadalso, con mis compañeros de infortunio e ideales, más no nos arrepentimos de nada. Hay que luchar por lo que uno cree, aunque se pierda. Sin embargo, ningún trovador nos canta al alba: “Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga”.

 

Nuestro delito es habernos sublevado, al grito de ¡Viva el pueblo!, contra el nuevo rey, de nombre Carlos. Mejor dicho, en realidad nos levantamos contra esa pléyade de cortesanos que le rodean, mitad flamencos que no se enteran de la misa la media. Y la otra mitad medrosos alcahuetes, turiferarios y mamporreros que buscan su propio lucro y provecho a costa del lomo de los infelices ignorantes. Nuestro error fue acudir a su madre para pedirle un imposible, que se opusiera a su hijo.

 

El detonante los impuestos, pretendíamos retomar el sistema de encabezamientos, modalidad de las alcabalas pues considerábamos eran más justas y menos gravosas para el pueblo. Mas había que pagar a los banqueros alemanes, Welser y Fugger. Ellos habían adelantado el dinero para la compra de los votos electores del nuevo emperador del Sacro imperio.

 

Luego estaba una orgullosa minucia, nos oponíamos a que se antepusiera el título de emperador, al de rey de Castilla. El resto ya lo sabéis, nuestra derrota en Villalar. Sin clemencia por parte de los vencedores, quisieron borrar todo resto de la sublevación, mandando así un mensaje a los pocos supervivientes. Ejemplo el caso del escritor Garcilaso de la Vega, herido en defensa de la causa del emperador, acabó desterrado por acudir a la boda de su sobrino, hijo de su hermano comunero.

 

Gran parte de los que se salvaron, tuvieron que irse a hacer las Américas, huyendo de las represalias y ocultadno su linaje. Un tal Alonso del Castillo Maldonado fue compañero de Alvar Cabeza de Vaca en su gran viaje desde Florida hasta México, pero eso es otra historia, que merece ser contada aparte.

 

El oro y la plata de Nuevo México y Tierra Firme sirvieron para pagar a los malditos banqueros, a la vez que los cortesanos continuaban enriqueciéndose, sin nada que arriesgar.

 

¡Pardiez! Manda huevos que dentro de cuatro siglos me levanten una estatua en Segovia y su teatro lleve mi nombre. Y que cien años después, un rey de las Españas acepte la presidencia de honor en los actos conmemorativos de nuestra aplastada revuelta, celebrándose un congreso internacional titulado 'El tiempo de la libertad. Comuneros V Centenario'.

 

Extraños giros tiene la historia.

 

A pesar de ellos el lampedusiano gatopardismo sigue saliendo triunfante. Continuamos endeudados con Europa. Las ansias de poder de nuestros electos dirigentes son insaciables. Igual da que sean de los hunos o de los hotros, como los llamará Unamuno en el siglo XX. Se ayudan de una cohorte de nuevos cortesanos que ahora se llaman asesores y siguen manejando los impuestos a su antojo. Además, se alían y recompensan con prebendas a quienes quieren destruir nuestra patria e incluso tergiversan nuestras ideas de Las Comunas.

 

La larga noche continua en la historia, aunque el frio amanecer se acerca para mí, en donde me espera el filo gélido de un hacha. Me pregunto si mi muerte será en vano.

 

Quién sabe si dentro de muchos años, un crio se acerque, por confusión nominal a mi estatua, descubra nuestra causa y levantando nuestro estandarte, al grito de ¡Santiago y Libertad!, sueñe con un futuro más justo.

jueves, 31 de diciembre de 2020

Galdós, la oportunidad perdida

 

En estas fechas solemos hacer balance del año. A principios de 2020, antes del virus, hablaba con mi amigo JP de qué el año era bisiesto, año de Olimpiadas y Eurocopa y tradicionalmente año de males. No imaginábamos la que nos iba a caer en unas pocas semanas.

2020 pasará como el año del Virus, año maldito, año a olvidar. También porque Trump perdió su reelección, menos mal, algo bueno.

Entre las palabras para destacar el año estarán pandemia, coronavirus, Covid-19, vacuna. Y también normalización o blanqueamiento, según quien la diga, pero esto da para otro artículo. Pero desde luego el adjetivo es nuevo ”lo que sea” o No precediendo a un “termino festivo”.

Sin embargo, ha sido el año de la oportunidad perdida. 2020 fue el año del centenario del nacimiento de Delibes y también el del centenario del fallecimiento de ese otro gran novelista, Benito Pérez Galdós y que para muchos es el segundo gran escritor de nuestras letras tras Miguel de Cervantes.

Oportunidad para hablar de literatura de la buena y de fomentar la lectura, que tanta falta nos hace. Galdós es un gran desconocido, literariamente es comparable a Balzac, Dickens o Tolstoi, es un maestro de la descripción fisiognómica. Galdós, a pesar de ser canario para orgullo de las islas, es Madrid. La mayor parte de sus novelas transcurren en la villa y es su mejor cronista. Posee la habilidad de mezclar personajes históricos con ficticios, los cuales alcanzan la consistencia histórica de los reales.

Al margen de su talla literaria, Galdós es un patriota. Esta palabra desgraciadamente hoy en día está cargada de fanatismo, asociada a la exaltación y la autocracia, y al secuestro de banderas y escudos. También Galdós es hijo del liberalismo de 1812, ese liberalismo alejado de la resonancia económica actual, que adaptaba la realidad nacional el legado de la revolución francesa pero que se oponía al mismo tiempo a la invasión napoleónica y al absolutismo.

Cánovas Sánchez, su biógrafo, lo describe "En toda la obra de Galdós hay una búsqueda permanente de la identidad española. En sus primeras novelas expresó su fe en la capacidad reformista de las clases medias. Durante la Restauración advirtió con pesar que las clases medias se habían integrado en el sistema y habían claudicado ante los poderosos. A principios del siglo XX consideró que la verdadera patria estaba integrada por los trabajadores que luchaban para mejorar sus condiciones de vida y construir una sociedad más solidaria".

En Trafalgar, Episodios Nacionales, Galdós escribe: “Por primera vez percibí con completa claridad la idea de la patria, …Comprendí todo lo que aquella divina palabra significaba, …. Me representé a mi país como una inmensa tierra poblada de gentes, todos fraternalmente unidos; me representé la sociedad dividida en familias, en las cuales había,…., hijos que educar, hacienda que conservar, honra que defender.”

Y Federico García Lorca rememora su encuentro “...recuerdo con ternura a aquel hombre maravilloso, a aquel gran maestro del pueblo, don Benito Pérez Galdós, a quien yo vi de niño en los mítines sacar unas cuartillas y leerlas, teniendo como tenía la voz más verdadera y profunda de España".

En 1909, habiendo perdido la esperanza en la capacidad trasformadora de la clase media se opone a la aventura colonial en Marruecos, y que hoy en día todavía nos colea, con el Sáhara “Antes de intentar conquistas en suelo extraño habéis de conquistar el suelo propio para la cultura y el derecho, para la justicia y la libertad”.

El pensamiento de Galdós se vertebra en la democracia, la denuncia del clericalismo, la defensa de la república y un socialismo moderado orientado a establecer un poco de justicia social, condición necesaria para el progreso.

Galdós no es antirreligioso, entre sus personajes retrata a numerosos curas, unos codiciosos y fanáticos, otros bienintencionados y generosos. Los linchamientos populares le ofenden moral y políticamente. Es la persona más moderada y dialogante de la tierra, lo demuestra su amistad con Menéndez Pelayo o Pereda, escritores conservadores, y su larga, libre y abierta relación amorosa con la escritora Emilia Pardo Bazán, que había contribuido con el Carlismo.

Por todo esto, la figura de Galdós ha sido la gran oportunidad perdida y 2020 un año en blanco, para haber hablado, además de literatura, de la idea de patria, de dialogar y buscar acuerdos entre todos en educación, sanidad, política agraria, energética, uso del agua, inmigración, …,de lo que de verdad preocupa a todos los españoles, menos a nuestros políticos.

Nota: publicado el 31-12-2020 en navarrainformación.es y el 31/01/2021 en Diario de Navarra.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Aportación al debate: ¿Dónde están los cristianos?

Bastantes personas, muchos creyentes, seguimos con gran interés y expectación la polémica que recientemente

se inició con el artículo de Diego S Garrocho preguntando ¿dónde estaban los cristianos? y ha continuado con distintos artículos.

En principio llama la atención que se pregunten por la presencia de los cristianos cuando desde diferentes ámbitos de la sociedad civil se quiere relegar a la dimensión espiritual de las personas a una faceta personal e intimista, alejada y excluida del ágora de la sociedad. De un lado, los sectores progresistas que quieren monopolizar y ser la voz de los desfavorecidos, de otro el conservadurismo que se siente interpelado por su hipócrita fariseísmo y por último una parte de la institución eclesial la cual debiera hacer autocrítica y repensar como usar los muchos medios de que dispone y los pocos frutos que consigue. Quizá en parte porque en ciertos estamentos eclesiales la dimensión social de la fe asusta e incluso disgusta.

Hemos de tener claro que el cristianismo no es una ideología. Ser cristiano consiste en el seguimiento de Jesús de Nazaret, siendo plenamente conscientes de las imperfecciones y defectos de cada uno. El ser cristiano es una vivencia de fe, un desarrollo de la dimensión espiritual de la persona, que además se apoya y ayuda en una comunidad.

Por ello el cristianismo es muy rico en su diversidad, hay cristianos católicos, protestantes (luteranos, anglicanos, evangelistas, calvinistas, etc.), ortodoxos (griegos, rusos y orientales) y coptos. Y dentro de todas estas variantes del cristianismo hay distintos enfoques de vivir la fe y ponerla en práctica. Yendo desde el ascetismo, pasando por la vida contemplativa y acabando en la compaginación de la reflexión con la acción. Además, esta acción se puede clasificar en asistencial o transformadora, la última además de lograr la conversión de las personas, también busca la renovación de las estructuras para que estas sean expresión de un mundo nuevo y más humano.

Coincido con José María Torralba en que hay que buscar el equilibrio entre el racionalismo (reducir la religión a un valor simbólico, perdiendo la dimensión trascendente y a una religión sin Dios) y el fideísmo (la incapacidad de dar razón de la fe, alcanzando una actitud reaccionaria ante la realidad). La falta de equilibrio provoca en ambos casos que la religión se reduzca a la moral.

Si bien es cierto que en los medios de comunicación y especialmente en las redes abundan los titulares fáciles, la falta de respeto, el exceso de tertulianos y que el debate serio y profundo con datos y argumentos ha sido suplantado por la polémica y un exceso de sentimiento, …la pregunta lanzada por Garrocho nos debe interpelar profundamente a los cristianos. Pero rotundamente no estoy de acuerdo, como algún participante ha sugerido en el debate, que el rito y el culto sea el campo de batalla a elegir, pienso que la exhibición de la religiosidad no es la manera de participar en la sociedad.

Considero que los cristianos además de dar razón de la realidad (testimonio) desde su fe con alegría y amor a la libertad, aportan su papel distintivo y que es el fomento de espacios de encuentro, en donde todos sumen y se puede construir un “nosotros” común y plural, en donde nadie sea más, pero tampoco menos que el otro. Lo que ahora se llama cultura del encuentro.

Hay iniciativas interesantes pero muchas veces no tienen todo el eco que debieran como la de AC que en 2008 reunió a políticos de distinto signo, del arco del Parlamento Foral de aquel entonces, para dialogar sobre el compromiso político de los cristianos, y cuya buena acogida por parte de los políticos fue inversamente proporcional a la de una parte de la jerarquía eclesial diocesana.

O la presencia, aunque minoritaria, en España de Pax Romana (Movimiento de Intelectuales Cristianos), cuyo grupo navarro Solasbide, desde hace seis años, anualmente organiza un encuentro abierto de dialogo con personas de la sociedad navarra tratando diversos temas como la dimensión pública de la religión, la convivencia religiosa y democrática, el dialogo por la paz, la Europa social y los jóvenes, el trabajo digno y decente, el cuidado de la casa común.

Quiero creer que el Espíritu Santo alimenta con su soplo este debate para ayudar a que poco a poco los cristianos seamos más visibles en la sociedad y nos animemos a participar sin miedo y ésta sea más permeable a nuestra presencia y abierta a escucharnos.

Nota: publicado el 20-12-2020 en Diario de Navarra y el 21-12-2020 en navarrainformacion.es


sábado, 12 de diciembre de 2020

Tropezando en el mismo gen

Replicación de la figura del válido y resurgimiento del cortesanismo versión neoprogre

En biología la teoría Dawkins del gen egoísta redefinió la teoría de la evolución de Darwin, a su vez en Sociobiología Wilson afirma que los mismos instintos que guiaban la conducta animal también subyacían en nuestros comportamientos y cultura, surge el concepto de “meme”[1] o “gen social”.

En sendas conversaciones con dos conocidos surge la misma idea ciudadanos versus cortesanos y como la historia ha moldeado a ingleses, franceses y españoles. De forma que los dos primeros se convirtieron en ciudadanos mientras que nosotros nos anclamos en cortesanos.

Carlos I criado en Flandes y que desconoce las costumbres y el idioma al llegar a España se rodea de una corte de colaboradores de confianza, que le aconsejan. Felipe II hereda un imperio y consolida el primer reino moderno creando una administración desconocida hasta entonces. Gran parte de los administrativos de la burocracia son universitarios de Alcalá y Salamanca y en menor cantidad de la nobleza. Los llamados Austrias menores y su desapego por la gestión delegan el gobierno en los válidos (Duque de Lerma con Felipe III y Conde Duque de Olivares con Felipe IV) y con ellos la “burrocratización” y el cortesanismo alcanzan su esplendor. Con el cambio de dinastía parece que España iba a entrar en la Ilustración, pero Carlos IV declina el gobierno en su favorito Godoy ante las camarillas y disputas cortesanas del conde Floridablanca y el de Aranda. Con la llegada de Fernando VII retrocedimos medio siglo y caímos en el absolutismo a partir de ahí la historia se nos puso cuesta arriba unas veces por nuestra falta de visión unida a la ignorancia y otras por circunstancias truculentas, asesinato de Prim, incomprensión con Amadeo I, restauración y muerte prematura de Alfonso XII que nos abocan a un sistema ficticio de bipartidismo que nos lleva a la corrupción fundamentada en el caciquismo y en el clientelismo político. La II Republica lejos de ser la solución se convierte en un guirigay en donde no se llegan a acuerdos y prima la revolución frente a las reformas necesarias. Tras el desierto, de cuarenta años de la dictadura de un oportunista, en donde el enchufismo fue la norma, cogemos el último vagón del tren de la historia. Los gobiernos democráticos de Suarez, González y Aznar con sus luces y sombras nos meten en Europa y convergemos en el euro.

Sin embargo, una vez más nuestro gen social se expresa unido a la curva del recorrido histórico mundial, el yihadismo nos golpea y Zapatero, otro personaje con flor, nos retorna ochenta años atrás, a la casilla inicial en esta partida de la Oca. Posteriormente, el estafermo Rajoy, registrador, espera y deja hacer, corriendo el turno.

Y aquí estamos con Sánchez, con dos elecciones en el macuto y más de 900 días de lo que llaman gobernanza y todavía sin presupuestos.

Como Sísifo, los españoles en una vuelta de tuerca repetimos la historia, las nuevas generaciones de españolitos quieren ser youtubers e influencers, o como mínimo funcionarios. Los talludicos, que son afortunados por tener un puesto de trabajo, sueñan con la ansiada jubilación que cada vez se aleja más; y los desafortunados esperan la nueva sopa boba de los subsidios y hacen colas virtuales en las oficinas del SEPE. En donde “el vuelva usted mañana” de Mariano José de Larra es el eslogan que torna a estar de moda.

En la villa y corte triunfa el “neovalido”, Iván Redondo, hombre a la sombra de Sánchez que hace y deshace a su antojo. Y que va camino de ser el nuevo gran inquisidor tras el mostrador del ministerio 24 de este gobierno, el Ministerio de la Verdad.

Los nuevos cortesanos ahora ya no se reúnen en La Granja ni en los Jardines del Moro, debajo del Palacio Real, tampoco van al Monte del Pardo, ni siquiera a la Zarzuela. Ahora la corte es monclovita, la cifra de asesores ha pasado de los 128 de Rajoy, a los 777 de Pedro y Pablo, a los que hay que sumar los inexistentes de Sanidad, y que a cuenta de los nuevos y esperados presupuestos se van a repartir un montante de 44 millones. Además, la ley deja un resquicio en la norma de nombramientos de Director General, que deben ser funcionario, pero permite la excepción si no hay nadie apto para el puesto. Con el gobierno progresista las excepciones, de momento, llegan a 26. Algunos sí que progresan. Haciendo cierto el viejo dicho castellano con recomendación hasta en el infierno.

Ayuso en Madrid tiene, por valido, a MAR, Miguel Ángel Rodríguez, quien fue ministro portavoz con Aznar. Con el estado de las autonosuyas, los validos y cortesanos se pueden multiplicar por 17, suma y sigue.

Ansío que cuanto antes se produzca una mutación en nuestro gen social o que por favor nos apliquen un CRISPR que nos cure de esta enfermedad congénita del valido y del cortesanismo versión neoprogre, y nos recupere en ciudadanos maduros de un estado del siglo XXI.


Nota: Publicado en navarrainformacion.es el 12-21-2020.


[1] Unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro, o de una mente a otra, o de una generación a la siguiente.

 

lunes, 23 de noviembre de 2020

El beso

El beso u ósculo es una expresión de amor, bien fraternal entre progenitores y descendientes o entre amigos, bien de amor de pareja. Hay ósculos castos y los hay por un impulso de deseo carnal. Hay besos que uno recuerda para toda la vida, y que incluso la daría por poder ser uno de los protagonistas de este y otros que prefería olvidar o no haber tenido que darlos nunca.

Hay besos que han hecho historia, incluso sin uno de ellos la historia de la redención no se podría haber dado, por lo menos como la conocemos, lo cual da para un debate sobre el determinismo del ser humano o por lo menos de uno en concreto, el vilipendiado Judas.

El beso es protagonista de cuadros como el de Gustav Klimt, de esculturas como la de Rodin, de fotografías como el retratado por Alfred Eisenstaedt en Times Square que un marinero le da a una joven de blanco en plena celebración del final de la guerra y que salvo a los documentalistas a nadie más nos ha importado quienes fueron sus anónimos protagonistas. Y el recién estrenado disco de Alba Molina, la hija de los “míticos” Lole y Manuel, se titula “El beso”.

En estos días de pandemia y preservativo distanciamiento social y de evitar el contacto corporal, un beso es un acto de transgresión y si además es un pico o peor un morreo es la mayor perversión de la estricta norma sanitaria.

Esta semana un beso firmado por el artista urbano LKN, ha sido triste protagonista de portadas y noticieros locales.

El beso entre Bakartxo y Maria, a estas alturas del siglo XXI sólo puede escandalizar a machirulos y reprimidas.

Sin embargo, el beso entre Ruiz, que significa hija de Ruy, hipocorístico de Rodrigo, y Chivite, o si lo escribo Txibite, alborota y provoca vergüenza a los rancios y trasnochados que a estas alturas de la historia defienden la pureza de sangre, los ocho apellidos y el rh negativo como factor de exclusión.

Ahora bien, el beso entre Bildu y PSOE-PSN viene a escenificar una múltiple traición, de la cual las hemerotecas y videotecas atestiguan que nunca, no es no, se iba a dar.

Primera traición la del PSOE-PSN a sus votantes y al legado histórico de muchos de sus militantes, que padecieron persecución y algunos perdieron su vida, por defender las ideas de centro izquierda socialdemócratas y del moderado socialismo liberal y de cogestión (ver Incómoda memoria).

Segunda traición la de Bildu a los suyos, por pactar con el españolismo y el constitucionalismo, los dos elementos contra los cuales siempre han luchado y que son su razón de ser. Además, con ese PSOE con E de español que con su veto a la presencia de Enrique Tierno Galván (PSP) en la comisión provocó por razones técnicas la exclusión del PNV, privando la presencia del nacionalismo vasco en la foto de los padres de la Constitución, por lo que votó no a la misma.

La tercera traición es más compleja y profunda pues ambas formaciones con ese pacto han demostrado que los medios no importan para conseguir el fin. Un fin que no es el bien aristotélico, sino que es fin espurio: para unos es sentarse y mantenerse en la poltrona del poder y para otros minar el Estado en el que no creen y recoger las migajas. Pero esto provoca que se acepte el presupuesto maquiavélico de que el fin justifica los medios, presupuesto que está detrás del neocapitalismo. Y por ello pervierte y destruye la idea de la superioridad moral que defiende la supuesta progresía del siglo XXI que dice ser heredera de la izquierda del siglo XX, y que se fundamenta en la opción y defensa de los pobres y desfavorecidos. Pero ya vemos que eso no es así.

El verdadero arte tiende a ser transgresor y provocar una reflexión en el espectador. Por ello el artista es más libre cuando no está subvencionado; sin embargo, corre el peligro de que la “autoridad” lo persiga.

Es llamativa la rápida y doble reacción ante la censura del cartel de LKN, por parte de Presidencia al afirmar que fue una acción individual y personal de una patrulla foral. A los agentes implicados los han dejado con el culo al aire y si todo es así deberían ser sancionados. Si por otro lado es habitual retirar carteles no estaría de más que siguieran con todos los que empapelan nuestra comunidad. Excusa no pedida acusación manifiesta que dirían los clásicos. Y por parte de la Jefatura de la Policía Foral de pedir disculpas al autor. En cualquier caso, no han pedido que lo vuelva a pintar y colocar de nuevo que sería lo suyo, además de abonar los materiales de su propio bolsillo.

La libertad de pensamiento, que es la que está detrás de la libertad de expresión, empieza a estar en el objetivo. Al poder no le gusta el libre pensamiento. La historia se repite, los tiempos de la censura dictatorial y la inquisición vuelven. 

Nota: Publicado el 23/11/2020 en navarrainformacion.es y en El Español.

Posteriormente vuelven a romper otro obra de LKN, el beso entre dos forales.





martes, 17 de noviembre de 2020

La trinchera infinita

 

Los títulos de la terna de películas de la cual ha salido la que presentamos al Oscar a mejor película extranjera, reflejan la cruda realidad de nuestro país. Lo que arde no son nuestros bosques sino los pequeños comercios y la hostelería en los múltiples focos del fuego de la pandemia en el que los irresponsables y los negacionistas son los nuevos pirómanos y con la cortina de humo salen los amigos de lo ajeno y aprovechan las algaradas y suben lo hurtado a Wallapop.

La distopia de El hoyo se ha hecho realidad y nuestra economía sigue cayendo sin ver dónde llega el final de este. Los analistas no vislumbran como saldremos de este profundo socavón, que se asemeja a uno de esos agujeros negros del espacio que absorben toda la materia que encuentran a su alrededor y de los cuales dicen que es imposible salir.

Pero la seleccionada ha sido La trinchera infinita, no es la primera película sobre el fenómeno de los topos, puede que la primera fuera Mambrú se fue a la guerra (1986) de Fernando Fernán Gómez que también triunfo en los Goya. pero si la que ha visibilizado a estas personas que vivieron emparedadas en sus casas entre las nuevas y jóvenes generaciones de españoles.

Es el título de la elegida para los Oscar, la trinchera infinita, el que refleja con más rudeza la situación actual de nuestra sociedad y que viene de antiguo.

Hace unos días leía un artículo en el que se explicaba que los hispanos fuimos ciudadanos de Roma, no como pueblo conquistado sino de pleno derecho. “Flavio Josefo afirma: Los que antaño fueron llamados hispanos, etruscos o sabinos, ahora son denominados romanos”. Por tanto, los hispanos no solo pertenecían al Imperio, sino que eran tan romanos como los habitantes de la Ciudad Eterna.

De hecho, hubo dos emperadores nacidos en la península ibérica. Sin embargo, parece que está ciudadanía romana no caló en nosotros, ya que a Adriano enseguida le salió la impronta natural y no se contentó con excavar una trinchera, sino que construyó un muro en Britania.

Tampoco nos valió el tener las primeras cortes ya en la edad media, ni ser uno de los primeros estados modernos, ni un construir un imperio donde no se ocultaba el Sol, gracias a personas que con sus virtudes y defectos huían del hambre y buscaban un mundo nuevo. Todo esto conseguido por muchos, la mayoría olvidados de la Historia, lo dilapidaron los Austrias menores con su pusilanimidad, ineptitud y estulticia.

Y es que nos va la marcha, la muerte de Carlos II sin heredero provocó la primera guerra civil, la de Sucesión, de cuyas trincheras algunos no han salido en tres siglos. Parecía que, con la llegada a la corona de un segundón, Carlos III, se abrían las ventanas de la Ilustración en nuestro país, pero no fue más un espejismo. Y volvimos a las andadas con otra entrega de guerra civil, esta vez a modo de serial con tres capítulos: las guerras carlistas. En ellas, hubo más monte que trincheras y una de sus consecuencias es que el virus del nacionalismo periférico germinó.

Así pasamos de siglo y llegamos a la guerra incivil, con sus múltiples frentes y trincheras que parecían haberse cerrado con la transición, pero en este nuevo siglo hunos se han empeñado en reexcavar y hotros en realambrar.

La trinchera infinita más que un título de una buena película es desgraciadamente nuestra realidad espacio temporal, que incluso transciende nuestras fronteras y se propaga como otra epidemia. En Estados Unidos Trump en cuatro años ha conseguido lo que nosotros en tres siglos. En Rusia a Putin la película que le gusta es “Arsénico por compasión”. En Oriente próximo, la trinchera entre árabes e israelitas a pesar de los nuevos y bilaterales acuerdos de paz no termina de rellenarse y desaparecer. Y así el resto del mundo.

El primer discurso del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, indica que al otro lado del charco algo quiere cambiar. Y a falta de dos meses de la toma de poder ya empieza a tender puentes. Una lección para seguir.

Sin embargo, en España seguimos en un insano circulo de retroalimentación negativa, en donde vuelven las pintadas de otros tiempos delante de las casas. Esta vez han sido Chivite (PSOE) y Abascal (VOX). Así se empieza y ya sabemos cómo se acaba.

Es necesario que nuestros políticos se quiten el casco, se desprendan de su macuto de campaña, tiren el fusil y cojan las tenazas para cortar el alambre de espino, salgan de su parapeto, suban a la empalizada e imiten al septuagenario y 46 presidente norteamericano tendiéndose la mano.

Nota: Publicado el 17-11-2020 en navarrainformacion.es