jueves, 16 de noviembre de 2017

Las amenazas de la democracia

Se le atribuye a W. Churchill que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, etimológicamente quiere decir gobierno del pueblo. Algunos cofunden la democracia con la república que literalmente quiere decir gobierno de la ley. Es importante está distinción pues hay repúblicas que no son democráticas.
Para complicar este galimatías tenemos el llamado estado de derecho cuyo concepto se le atribuye a Kant y que los ingleses denomina “rule of law” (la regla de la ley). Se entiende por estado de derecho aquella forma de organización política en la cual el ejercicio del poder se encuentra sometido a los parámetros del Derecho, es decir la forma como se ejerce el poder se rige por los mandatos que emanan de un orden jurídico vigente. Frecuentemente los “Estados de Derecho” son además democracias participativas pero no por ello debemos asimilar los términos.
En el momento de escribir estas líneas sendos titulares nos advierten que la democracia está en peligro; de un lado BarakObama de otro Meral Aksener (la llamada “Dama de Hierro en Turquía).
Nos hemos acostumbrado a vivir en democracia pero al igual que la vida ambas precisan de determinadas condiciones y delicados equilibrios para que triunfen y continúen. Ya sabemos lo que pasa con el exceso de CO2, el calentamiento global, etc. Lo mismo con la democracia, los peligros son muchos.
Alfred Croiset advirtió “El enemigo más temible de las democracia es la demagogia” por desgracia son los políticos los primeros en caer en ella. Últimamente lo comprobamos con facilidad y ninguna sigla se escapa de tenerlos en sus filas.
Además la mayoría de los políticos ignoran o desconocen cuáles son su funciones, continuamente vemos titulares y actuaciones en donde se apruebanresoluciones o declaraciones grandilocuentes por los motivos más variopintos, que algunas incluso pueden estar bien, pero la primordial función de estos señores es resolver o por lo menos plantear soluciones a los problemas de los ciudadanos, no aumentarlos, además deben legislar o adecuar la legislación existente a los tiempos actuales y parece mentira pero a juzgar por el trabajo del Constitucional fallan más que una escopeta de feria. Mientras la oposición debe controlar la acción de gobierno y ser la voz de las minorías para evitar posibles abusos de la mayoría, haciendo ver los despropósitos y consensuando las medidas para el bien común.
Otro de los peligros, que acechan a la democracia, es la poca separación e independencia de poderes. Así nos encontramos con jueces sometidos a presiones políticas y de otras instituciones que debieran dar ejemplo de no injerencia. Para más nos aparecen “jueces estrella” con aspiraciones políticas o profesionales, medrando en el escalafón anteponiendo sus interés a los de la sociedad a la que supuestamente sirven.
Otros riesgos surgen de la casi inexistencia de una prensa libre, culta y con público (a ser posible con criterio), el amarillismo de los medios, la esquizofrenia por las audiencias y los índices de ventas, la deformación del periodismo que propicia la visibilidad (excesiva) de algunos intereses que buscan la promoción gratuita e incluso la manipulación de la sociedad y que exacerban los ánimos. “El periodismo tiene una función social y tiene que tener una ética que sirva a los hechosG Lomana.
Sin olvidar las redes sociales con su postverdad y la nueva palabra del año en inglés las “fake news” (noticias falsas), Los postulados sobre la propaganda de Goebbles nunca han estado más de moda.
La injerencia de otros estados (Rusia, China, Venezuela, Arabia Saudí,...) con otros modelos “ademocráticos” que conspiran para que la Democracia sucumba como se está comprobando en recientes investigaciones, curiosamente valiéndose de las redes sociales y de la libertad de expresión que es de dudosa existencia en sus países.
Nuestro sistema educativo hilvanado, ni siquiera confeccionado, para aplastar la inteligencia e igualar en mediocridad con el fin domesticar el espíritu crítico y evitar la indicación de caminos y de objetivos a la sociedad. Y que provoca una falta de cultura, de conocimiento básico, de educación cívica, que permita discernir y distinguir entre conceptos como Democracia, República, Estado de Derecho, Constitución, Consenso y lo que representan. Toda esta “ignorancia democrática” conforma una mayoría silenciosa y temerosa de expresar sus ideas y que cuando se pronuncia lo hace a última hora, tarde y mal; que se contenta con el espejismo de la participación ciudadana a través de las votaciones, porque lo “democrático” es votar, el becerro de oro es la urna y sus resultados, independientemente de que no haya veracidad en ellos. Ya que los sumos sacerdotes de la demagogia se encargan de proclamar el pecado de blasfemia contra el progreso y tildan al discrepante, aunque sea de los suyos, de enemigo público al que hay que purgar o reeducar, al más puro estilo bolchevique o del primer franquismo.

Ya Aristóteles reflexionaba “Cuanto más democrática se vuelve una democracia, más tiende a ser gobernada por la plebe, (...) degener(ando) en tiranía”.

Nota: Publicado en Navarra Información el 24-11-2017
Y en El Blog del Suscriptor de El Español el 23-11-2017



domingo, 5 de noviembre de 2017

Sobre el absentismo laboral

En esta época los consejos de dirección en las empresas elaboran los presupuestos del próximo año, definen objetivos y reajustan sus planes estratégicos a tres, cinco o diez años, si es que los tienen.

Si se ha seguido la prensa, y leído más allá del “procéss”, son varias las noticias que han puesto el foco en el aumento de las bajas laborales, y algunos han querido ver en esto un relajo de los trabajadores provocado por la mejora económica y la supuesta salida de la crisis. Digo bien supuesta pues la semana pasada se publicaba que los afectados por un ERE aún superan el nivel precrisis, por no comentar los niveles salariales.

El absentismo no es un problema únicamente del trabajador por cuenta ajena, tampoco de las empresas es además un problema de la sociedad en general.

Reconocidas empresas han subcontratado estudios a consultorías, seguro que nada baratos, para reducir el problema. Como está de moda en estos informes han realizado estudios comparativos, benchmarking que dicen los entendidos, bien con las empresa del sector e incluso cuando se trata de grupos empresariales entre los diferentes centros. Uno de mis profesores de estadística nos recomendaba no compara peras con manzanas, el tiempo me ha llevado a no comparar tampoco “reinetas” con “golden”, pues unas van mejor para repostería y las otras para la mesa, aunque sobre gustos ya se sabe. Si he llegado a esta conclusión es por pura experiencia, hace unos años padecí una de las primeras deslocalizaciones de una reconocida multinacional, que fue motivo de estudio en las escuelas de negocio, pero un dato que nunca se publicó fue que los rendimientos de uso efectivo de las máquinas de la planta cerrada eran entre un 10 y un 15 % mejores que los de las otras del grupo, pese a su eficiencia en el uso de los medios disponibles, las productividades no eran equiparables la mejor máquina de los agraciados con el desmantelamiento había sido retirada de las otras por obsoleta. Por ello es muy peligroso establecer comparaciones incluso entre centros de una misma empresa cuando no se corrigen ciertas desviaciones inherentes a cada uno.
 
En el caso del absentismo hay que tener muy en cuenta el grado de robotización y digitalización de los procesos, si son eminentemente manuales es muy importante el factor el ritmo de trabajo, pirámide de edad y edad media de la plantilla. Los métodos de control de tiempo se suelen ejecutar en condiciones óptimas y olvidan la fatiga acumulada y la diferente capacidad de recuperación entre operarios de 20 años o de 60. En aras de la competitividad y de su hija putativa la productividad los procesos se han ajustado y eliminado los tiempos de recuperación, y lo que se pretende ganar por un lado se pierde por otro; además los estudios de la cadena de valor han derivado en la subcontratación de tareas “inútiles” incluso con ETT´s y ahora para personas que necesitan una recuperación, una incorporación gradual o que padecen dolencias musculo esqueléticas determinadas y temporales no hay puestos de trabajo que les permitan estar en activo. Por supuesto nada de esto aparece en estos estudios, lo que provocarán el fracaso parcial o total de sus planes de mejorar los índices de absentismo por adoptar medidas poco eficaces, algunas más encaminadas a dar un lustre de cara al escaparate de la responsabilidad “social” corporativa o aún peor para conseguir una buena imagen pública de cara a futuras y próximas negociaciones de convenio.

Ahora con tanta facilidad en el manejo y análisis de grandes datos uno echa en falta que no se hagan estudios por puestos de trabajo concretos, edad de los operarios, características físicas personales que obliguen a posturas inadecuadas, etc., por no añadir la problemática psicosocial de algunos trabajos o entornos de trabajo que se suele obviar pues nadie le quiere poner el cascabel al gato.

Las empresas harían bien en revisar sus protocolos, conozco el caso de un trabajador que no le tocaba hacerse el reconocimiento laboral y tuvo que pedir varios permisos para salir y hacérselo por su cuenta.

También añadir que los trabajadores no somos todos modélicos, en esa amplia banda de grises en las que nos movemos hay un porcentaje de bajas, algunos para su desgracia tienen un motivo psicosomático específico, pero otros, casualmente y la mayoría de las veces, los mismos, habitualmente llegan tarde, fallan algún día al mes, en las mismas fechas del año, etc.

Si se pretende mejorar los índices de absentismo y elaborar un buen plan hay que profundizar y mucho en la idiosincrasia de la empresa; además convendría darle una vuelta al actual sistema de mutuas, pues ya se sabe que quien paga manda. Bastantes veces, demasiadas, se producen situaciones de conflicto de intereses entre empresa, mutua, trabajador y seguridad social. En donde el peor parado es el eslabón más débil, el trabajador, con el añadido de la incomprensión, la pérdida de tiempo y un coste económico que al final lo asume la sociedad y acaba estigmatizando al lesionado.

Gráficos a partir de datos del informe de ANFAC

Nota: Publicado en Navarra Información el 05-11-2017
Y en Diario de Noticias el 22-11-2017

 

Muy buen artículo
MG