Que
lejos han quedado y como hemos olvidado que por aquel entonces acudíamos contentos
de ejercer nuestro derecho al voto, hoy sin embargo es un deber el cual muchos
no practican y los que lo hacemos desde la razón cada vez nos cuesta más
encontrar a quien. La mediocridad se ha erigido gracias a la dictadura de las
listas.
Recuerdo
la ilusión de que por fin Europa no empezase en los Pirineos sino en Tarifa.
Atrás quedaban para nuestros padres y abuelos años de aislamiento y autarquía,
que habían calado hondo haciendo creer que lo de fuera era mejor que lo
nuestro. Hoy ya sabemos que nuestros productos no tienen nada que envidiar, y
que lo que necesitan es que nos lo creamos y sepamos venderlos como hacen los
franceses e italianos.
Por
aquel entonces éramos el quinto país productor de coches del mundo hoy a duras
penas nos mantenemos entre los diez primeros.
Nunca
nos hemos caracterizado por ser monárquicos, pues al mejor rey le regalamos un
motín (de Esquilache) y al peor le llamamos “El deseado”. Pero en los ochenta
había mucho “juancarlista”. Ahora comenzamos a plantearnos si no es mejor una
República y si esta debe ser al estilo de Francia, Alemania, Italia y Portugal,
ósea con Presidente (más o menos florero) y primer ministro o mejor nos
ahorramos unas elecciones y unos gastos de representación, que ahora se quieren
hacer transparentes, aunque algunos (sindicatos) no quieren hacerlo con los
propios, y optamos por algo más a lo de Estados Unidos.
En
lo que si parece que hemos mejorado es en lo deportivo, de Santana y Orantes a
Nadal y la armada que nos recuerdan el orgullo de ser españoles. Del Real
Madrid manipulado por el poder para su propaganda a contar con Barcelona,
Atlético de Madrid, Sevilla, Valencia, y Zaragoza levantado copas en Europa. Y
otros más modestos en finales y semifinales como Alavés, Español, Osasuna y
Getafe. De Angel Nieto a toda esta colección de jóvenes pilotos que no dejan podio
libre. De los tímidos Bahamontes y Ocaña a Perico, Indurain, Pereiro, Sastre,
Contador, hasta en los mundiales y las clásicas con Freire, Valverde, etc. En
fórmula 1, rallies, baloncesto, balonmano, waterpolo, y hasta en futbol dejando
atrás la maldición de cuartos. No podemos olvidar el glamour del cine, de Los Santos Inocentes a No es país para viejos y en medio una
colección de Oscars y otros premios.
En
lo que no hemos cambiado es en la estadística del paro y en la exportación de
mano de obra, antes era sin cualificar hoy en día son nuestros mejores cerebros
los que están por el mundo.
Del
furor inicial por Europa, estamos pasando a un euroescepticismo. Empezamos a
estar hartos de que Bruselas nos diga todo lo que tenemos que hacer. Recetas
que muchas de ellas no se las aplican ellos. E intuimos que la casa se comenzó
por el tejado, perdón por el Euro y que hemos perdido los planos.
¿Cuál
es el problema? La falta de dirigentes sobresalientes como De Gaulle, Churchill
y Adenauer o, por lo menos, notables como Mitterrand, Thatcher y Kohl. Pues Hollande,
Merkel y Cameron no llegan ni al precisan mejorar. De los de aquí mejor no
hablar. ¡Y tú más! Y no digo nada si nos bajamos a la liga local.
Unos
ciudadanos desilusionados que han olvidado las utopías y los sueños, enajenados
por un “bienestar” con su ración de consumo y rezando a pesar del laicismo: ¡Virgencita
que me quede como estoy!
Pero
es obvio que necesitamos tener las ideas claras, una ilusión por construir algo
nuevo, unos pocos objetivos claros, alcanzables, medibles y revisables, buscar
las personas que sumen y no las que dividan, las que sepan conjugar el verbo
consensuar, anteponiendo el bien común frente al individual, respetando la
particularidad.
Lo
que no puede ser es que queramos ser uno y tengamos distintas seguridades
sociales, distintas leyes laborales aunque podamos ser contratados en cualquier
estado, distinta forma de calcular las pensiones, y distinta edad de
jubilación, muy diferentes sueldos mínimos, distinta fiscalidad, y así con una
larga lista; terminando por un banco europeo con multitud de bancos nacionales
que a estas alturas nos han demostrado que no han hecho bien su trabajo. Habrá
que comenzar a unificar ciertos, muchos, temas para seguir creciendo en la
llamada construcción de Europa.
Y
casi todo esto vale tanto para Europa como para casa.
Nota: Publicado el 14-06-2013 con el título de "Aniversario de la adhesión a Europa".
Buena crónica.
KSTe olvidaste de uno.
- Sí, Mariano Haro, y también Paquito Fdz Ochoa y Perez de Tudela.
RG
Te leí.Interesante reflexión.