martes, 24 de diciembre de 2019

La transformación de las tradiciones navideñas


En una entrevista el antropólogo y periodista Oier Araolaza nos transmite la transformación de los ritos navideños, en la que afirma que todas las tradiciones evolucionan y se transforman con el paso del tiempo.

Nos cuenta que en muchos lugares de Europa el calendario festivo invernal arrancaba en torno a la figura de San Martin en donde alguien vestido como él realizaba una cuestación acompañado de niños y jóvenes. Muy similar es el rito de San Nicolás (6 de diciembre), que se conserva en Burgui, en donde un obispillo recurre las calles en comitiva cantando y pidiendo el aguinaldo. Es muy común desde la noche de difuntos hasta los carnavales este tipo de cuestaciones.

Estas costumbres creaban vínculos comunitarios y de cohesión intergeneracional. Las personas que participan se disfrazan y ofrecen cantos y bailes a cambio de algo de comida, bebida, dinero. En definitiva, un trueque o pago por llevar la fiesta. El paso de la economía de trueque o cambio por una economía de mercado interesada en el consumo es la que ha transformado muy rápidamente los ritos y tradiciones.

En Escandinavia hay una variante en donde el personaje es más salvaje, un hombre del bosque, que fue la que llegó a Estados Unidos y que posteriormente una conocida marca lo convierte en un icono corporativo. También había una tradición entorno al fuego vinculada al solsticio de invierno, de transición y renovación, que es donde surge la tradición del Olentzero y del escatológico Tío Nadal (Tronco de Navidad), tronco en el que en un extremo se le pinta una cara y el otro se golpea para que “cague” los juguetes.

El Olentzero ha evolucionado rápidamente y tras su personificación se ha “papanoelizado”, domesticado y transformado políticamente más correcto, incluso con la aparición, hace unos pocos años, de un referente femenino, Mari Domingi. Aunque según sus creadores la idea era dar vida a un personaje de una conocida canción navideña”. En la línea de la idea reivindicativa nos encontramos con el Olentzero de Duguna representado como una mujer.

Y concluye como los Reyes Magos tampoco han podido evitar el cambio a lo largo del tiempo pues ni eran tres, ni reyes. Aquí se acaba la entrevista.

Sólo el evangelista S. Mateo menciona a los magos, sin precisar su número y nombre. Es en un mosaico, del siglo VI, de la Basílica de San Apolinar el Nuevo en Ravena donde aparecen tres hombres vestidos a la moda persa con sus nombres escritos (Melchor, Gaspar y Baltasar) y representando distintas edades. Hemos de esperar al siglo XV para ver a Baltasar con la tez negra. Y en 1866, en Alcoy, se celebra la primera Cabalgata; convirtiendo así la noche anterior a la Epifanía en la conocida Noche de Reyes.

La religión cristiana supo unir sus creencias a las tradiciones seculares y al ciclo anual de las estaciones. Sin embargo, la deriva consumista en la que las fiestas se están convirtiendo, la carrera de los ayuntamientos por poner más luces e inaugurar el alumbrado antes que ninguno, a pesar de la huella ecológica que este genera.

Las compras por internet, menos preciando al pequeño comercio de cercanía. La búsqueda de productos y alimentos exóticos y de fuera de temporada. Los regalos el 24, 25, 1, 6 y el amigo invisible. Los viajes en avión para celebrar el fin de año en alguna ciudad europea o en algún sitio de clima cálido y luego pedimos carril bici en nuestras ciudades para contaminar menos. Son signos de nuestras incoherencias e incongruencias.

No debemos olvidar que lo que celebramos estos días es la Navidad, del latín “Nativitas” que significa nacimiento, es la fiesta en la que los cristianos (católicos, protestantes, coptos y en la mayoría de las iglesias ortodoxas a excepción de la rusa y la de Jerusalén que no aceptan el calendario gregoriano) conmemoran la natividad de Jesús, el Hijo de Dios, en Belén y su mensaje de construcción del reino de Paz y Amor. Según un informe de Pew Research (es un think tank-grupo de pensamiento- que brinda información sobre problemáticas, actitudes y tendencias que caracterizan a los Estados Unidos y el mundo, originalmente se le conoció como Times Mirror Center) es la fiesta más importante del año para 2.000 millones de personas en más de 160 países y en Estados Unidos, 9 de cada 10 personas celebra la festividad, incluso si no son cristianos.

La evolución consumista de los ritos y tradiciones seculares, así como la tergiversación del mensaje cristiano parecen indicar que ha llegado el momento de reflexionar a donde queremos llevar nuestras fiestas, valores y tradiciones antes de que nos quedemos con el superfluo envoltorio y la reivindicación mediática, y olvidemos la importancia del contenido.

¡Feliz Navidad, estimado lector!


Nota: Publicado el 24-12-2019 en Navarra Información29-12-2019 en Diario de Navarra, y el 07-01-2020 en El Español

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Blade Runner COP25


2019 era el año en el que se desarrollaba la distopia de Blade Runner (1982), curiosamente este año ha fallecido el actor Rutger Hauer que interpretó al replicante antagonista. Estamos en 2019 y aunque no tan avanzados como en el de la película, tenemos ya androrobots, videollamadas, drones y hemos batido el récord de emisiones de CO2.

El verdadero problema es el calentamiento global y una de sus consecuencias es la variación climática, el otro gran problema es la gran cantidad de residuos que la especie humana produce. Hagamos un poco de historia. Hace 47 años que la ONU organizó la primera conferencia de la historia, en Estocolmo 1972 se plantea por primera vez el problema global y se advierte de la necesidad de establecer un control sobre los agentes contaminantes. Aunque las acciones planteadas no alcanzaron una aplicación exitosa. No es hasta Berlín 1995 donde se acuerda reunirse anualmente y hacer un seguimiento para controlar el calentamiento global. Es en Kioto 1997 donde se firma un protocolo para reducir un 5% las emisiones de gases (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre) de efecto invernadero y también reducir las emisiones de gases contaminantes. Se plantea la idea del mercado del carbono que consiste en que aquellos países incapaces de reducir sus emisiones pueden comprar derechos de emisión a los países que sí hayan conseguido minimizar su impacto medioambiental y así equilibrar la balanza global. Esto entra en vigor en 2005. Diez años después, 2007 se crea la Hoja de Ruta de Bali. En Copenhague 2009 se marca el de objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2ºC y lograr una reducción del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. Al año siguiente en Cancún, por fin se materializa el Fondo Verde para el Clima con el objeto de recaudar fondos para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse. En Doha 2012 se prorroga el protocolo de Kioto hasta 2020, aunque Estados Unidos, China, Rusia y Canadá no la respaldan. Como las medidas son insuficientes en Paris 2015 se acuerda limitar el aumento de la temperatura global a 1,5º C y reformar las corrientes financieras hacia un desarrollo sostenible. Y llegamos a Madrid 2019, al gran circo de la COP25, en donde muchas empresas vienen a blanquear su imagen de marca y trasladar a la sociedad los valores éticos y sociales de sus compañías y seguir así entre las más valoradas del mundo. Pero la realidad es que, como vemos, han ido retardando la toma de decisiones.

Ya en Rio1992 la niña de 12 años, Severn Cullis-Suzuki realizo un brillante discurso. Hoy muy pocos se acuerdan de ella. El actual fenómeno de Greta Thunberg se debate entre ser una malhumorada imitadora con aspecto de Pipi calzaslargas, un nuevo caso de explotación de una menor, una Juana de Arco del siglo XXI que acabará inmolada por sus seguidores en una pira virtual o convertida en un producto de mercadotecnia ecológica, el tiempo nos lo dirá.

La causa medioambiental es más seria que un fenómeno mediático, y no se debe caer ni en el postureo ambiental, ni en la indiferencia. Las emisiones de carbono y los vertidos y residuos de nuestra actividad son el factor principal del calentamiento del planeta.

Desde que el Homo erectus, hace unos 1,5 millones de años, controlase el fuego, este nos ha permitido guisar y hacer digeribles ciertos alimentos, conservar los mismos, producir herramientas, calentarnos y defendernos de otros animales, pero también contaminar el planeta. Algunos fijan el inicio del Antropoceno con el comienzo de la agricultura otros lo marcan con el inicio de la revolución industrial, el caso es que no terminamos de empezar a limpiar nuestra casa común, de la que habla la Laudato Sí.

La apuesta por una ecología integral y la espiritualidad ecológica no son monopolio de los cristianos, pueden ser compartidos con cualquier persona que cultive una espiritualidad laica o que profese otras religiones.

Todos somos responsables, el reto ecológico nos pide una conversión ecológica que nos exige una transformación personal, un cambio de vida con una mayor responsabilidad personal y comunitaria, Nos hemos de replantear el fallo estructural en el que vivimos, y del que formamos parte; y hemos de tomar conciencia de la transgresión ecológica.

De lo contrario en 2049 estaremos recitando a nuestros nietos, cuan replicante, el monólogo de Lágrimas en la lluvia: “He visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas, más allá de Orión. He visto brillar rayos-C en la oscuridad, cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Hora de morir.” Y desaparecer y extinguirnos como una especie de Homo más.


Nota: Publicado el 11-12-2019 en Diario de Noticias y el 17-12-2019 en Noticias de Álava.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Sobre la cumbre del clima


En la escuela antes, ahora con las nuevas innovaciones lúdicas más preocupadas en la forma que en el contenido no sé si será así, nos enseñaban que para resolver un problema lo primordial era definirlo bien.

La guerra por el relato, hoy en día, nos inunda en todas las facetas y el 46º vicepresidente de EEUU, citado como el más poderoso de la historia, Dick Cheney nos metió el primer gol con la mano al sugerir al Presidente Bush hijo, que en lugar de hablar de calentamiento global usará el termino cambio climático.

Y así empezó la discusión de si galgos o podencos. De manera que si pones en entredicho el cambio climático eres un negacionista. Nos olvidamos que nuestro planeta es un “sistema vivo” que evoluciona y se adapta con lo que el clima a lo largo de las eras ha cambiado constantemente, de cálido y húmedo de la era secundaria, al gélido y seco de las glaciaciones o a la diversidad climática que tenemos en la actualidad y que produce numerosos y diversos biotopos.

Tenemos que recordar que “la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra”. (Carta del jefe indio Seattle al presidente Franklin Pierce de los EEUU en 1854).

El problema de la actividad humana sobre el planeta no es nuevo, ya el padre putativo de unas cuantas generaciones de biólogos, Félix Rodríguez de la Fuente, en 1972, denunciaba que éramos la civilización de la basura (https://www.youtube.com/watch?v=dIYvEr_g5Iw).

Sin embargo, aquí estamos inaugurando el gran circo mundial de la cumbre del clima (COP25), 196 países, 25.000 personas, con un coste de 50 millones de euros y la generación de 65.000 toneladas de CO2.para concluir, presumo, aunque me gustaría equivocarme, en unos acuerdos que serán papel mojado como los de Río, Kioto o Paris. Ya hemos subido un grado, del 1,5 que se había propuesto en Paris para este siglo y Trump recientemente notificaba su retirada de dicho acuerdo.

Los focos de la pista central iluminarán a la adolescente joven Greta Thunberg, pocos recuerdan a Severn Cullis-Suzuki que con 12. años hablo en la cumbre de Río en 1992. Necesitamos a Paco Lobatón o la Wikipedia para averiguar su paradero. Su discurso fue bastante mejor que los enfadados y despechados de la nórdica. Que algunos ya la equiparan a la Juana de Arco del siglo XXI, sólo nos falta saber quien tomará el papel de Carlos VII, las apuestas apuntan a sus progenitores que ahora pretenden lanzar a su hermana para la causa feminista.

Y esos focos nos desviarán otra vez del problema, el del calentamiento provocado por la actividad humana. Lo que algunos empiezan a llamar el Antropoceno. Y también nos ocultan la labor de la bióloga Rachel Carson con su libro “Primavera Silenciosa”, que falleció de cáncer de mamá y que tuvo un reconocimiento póstumo.

Las consecuencias del calentamiento global son el origen de la sexta extinción, y que va unido al fenómeno que los botánicos han bautizado como “ceguera verde”. En la naturaleza somos capaces de ver a los animales, pero ignoramos la vegetación circundante. Numerosas especias vegetales que nuestros ancestros valoraban están desapareciendo sin darnos cuenta. Se estima que en España peligran 4 de cada 10 especies de plantas.

Lamentablemente lo “verde” vende; y las empresas, grandes y pequeñas, lo utilizan como gancho para conseguir más clientes y/o fidelizarlos y seguir con la rueda del consumismo.

Como vemos el problema es complejo y corremos el peligro de caer por un lado en el activismo político y de otro en el postureo ambiental, como nuestro presidente Sánchez que no le importo coger un avión para ir a un concierto y como muchos jóvenes que siguen a Greta pero el fin de semana cogen un vuelo barato para pasarlo en alguna ciudad europea.

David Wallace-Wells, autor de 'El planeta inhóspito', señala que lo peor es la indiferencia. Es importante entender que el aumento de la temperatura depende de nosotros. No es un proceso que ocurra fuera de nuestro control, sino a causa de lo que hacemos. Las emisiones de carbono provocadas por la humanidad siguen siendo el factor principal del calentamiento del planeta.

Vamos camino de ser la primera especie que desaparece por suicidio colectivo, todavía estamos a tiempo, aunque como podemos ver en el excelente video “La naturaleza nos habla”(https://www.youtube.com/watch?v=n3HKJ1yOWzQ), nosotros no disponemos de mucho.

Me remito a las conclusiones del reciente encuentro de los grupos de Pax Romana “Cuidar la Casa Común, por una ecología integral” https://www.navarrainformacion.es/wp-content/uploads/2019/11/Conclusiones-Javier-noviembre-2019-CAST-EUSK.pdf. Debemos apostar por una ecología integral y necesitamos una conversión ecológica que nos exige una transformación personal, un cambio de vida.

La ecología integral y la espiritualidad ecológica no son monopolio de los cristianos, pueden ser compartidos con cualquier persona que cultive una espiritualidad laica o que profese otras religiones, aunque como cristianos nos interpela directamente en nuestra fe. Para los cristianos, el cuidado de la Casa Común es un aspecto más del Reino de Dios que no sólo esperamos, sino que estamos llamados a construir. El reto ecológico nos exige una mayor responsabilidad personal y comunitaria, que nos implica tanto individualmente como al conjunto de la Iglesia y la sociedad. Nos hemos de replantear el fallo estructural en el que vivimos, y del que formamos parte; y hemos de tomar conciencia de la transgresión ecológica.

Nota: Publicado el 04-12-2019 en navarrainformacion.es, el 09-12-2019 en el Blog de El Español, y el 12-12-2019 en Diario de Navarra