Hay
una gran relación entre la ecología (biología) y la economía, de manera que con
ejemplos de una de estas ciencias se pueden explicar fácilmente las de la otra.
Uno de esos casos es la simbiosis, la asociación de organismos de especies
diferentes para beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital. El convenio viene a
ser en economía lo que la simbiosis en la biología.
Llevamos
un tiempo en que en nuestro pequeño y gran universo foral y en concreto en la
galaxia Cuenca, pues parece que no existe nada más tras el Perdón o el
Carrascal, que por uno u otro motivo tenemos el termino convenio presente en
nuestras conversaciones, noticias, foros, …; ya sea en su versión CUN, Metal,
TRW, Económico. Es curioso que ver cómo nos posicionamos según las tornas,
haciendo cierto el refrán de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el
nuestro. Intramugas hablamos de “privilegios” de algunos afectados por sus convenios
y cuando desde el otro lado del Ebro nos mencionan las supuestas prebendas del
nuestro nos afanamos en su defensa a ultranza.
En
ciertos foros sin saber, ni documentarse hablan muchas personas y lo peor se
vierten opiniones y criticas comparando peras con manzanas, sin conocer la
letra pequeña de los acuerdos (a pesar de que la mayoría son públicos), los
salarios de tal o cual empresa y confundimos días de vacaciones, con
flexibilidades laborales; esos voceros dentro de unos meses criticarán las
horas extras de esas empresas, sin saber que son aquellos días de “vacaciones”.
Si se quiere comparar algo hay que usar la misma medida por ello a la hora de
comparar un trabajo de oficina, con uno de TRW, VW, o de la construcción, debiéramos
dividir el salario bruto anual por la jornada en horas anuales y aun así la comparación
resultaría odiosa porque no es la mismo estar en una oficina sentado y con
calefacción y aire acondicionado que trabajando a tiempo medido con saturación
y control del tiempo y en condiciones ambientales fuera de confort, en malas
posiciones, repetición de movimientos, con turnicidad y nocturnidad, y en
algunos casos con penosidad y sobre esfuerzos añadidos.
Por
otro lado en casi todos los convenios hay una cláusula de beneficios sociales,
en algunas entidades ni siquiera están escritos pero el uso y el tiempo han
creado un derecho adquirido. Fundamentalmente porque a las empresas les cuadran
mejor estas medidas que no una mayor subida salarial ya que está última se
consolida y es para todos los trabajadores sí o sí mientras que con los
llamados benéficos sociales hay trabajadores que no los piden o disfrutan en su
totalidad lo que supone a la larga un ahorro para la empresa. Y en la
actualidad con la idea de responsabilidad social corporativa los llamados
beneficios sociales suman puntos de cara a la imagen de la empresa y captación
de trabajadores o debiera decir conocimiento como les gusta decir a los gurús.
Hacienda,
que somos todos, quiere que todo se declare y me parece justo pero se debiera preservar
la equidad, de manera que si en una empresa deben declarar las dietas y el
kilometraje, en otra lo hagan los descuentos en productos o servicios, y en
otra lo que sea, aunque sea un yogur o una barra de pan o el periódico al día.
En cualquier caso eso no son privilegios son remuneración en especie.
Privilegios
son otras cosas como poder aparcar en una zona prohibida para todos (los
concejales), cobrar la pensión máxima habiendo cotizado sólo 8 ochos, tener una
parte del sueldo libre de impuestos (los diputados, senadores y parlamentarios
europeos) o tener a una parte de sus trabajadores en mutuas o con ventajas
sanitarias no declarables (funcionarios, trabajadores municipales) o permitir
que a igual función distinta jornada lectiva y sueldo (enseñantes de educación
obligatoria según son funcionarios o trabajan en la enseñanza concertada), o
tener la capacidad de “autosubirse” el salario en votación (los políticos).
Ya
vemos que por desgracia, la administración en sus diferentes niveles es la
primera en incumplir la norma, impago de más de 30 días a sus proveedores
(según administraciones más de 100 días), por no citar que a veces pide romper
contratos y firmar nuevos a los interinos por haberse equivocado en su redacción
(jornada, categoría), fomentar las horas extras como las “peonadas”, o no
controlar los horarios de sus trabajadores (que además hacen 37,5 semanales y además
tienen 6 “moscosos” y hasta 4 “canosos”) y permitir las subcontrataciones en
condiciones a la baja cosa que los sindicatos denuncian en las empresas
privadas pero suelen obviar en la “cosa pública”.
Un
apunte más, la administración no debiera consentir la violencia verbal ni
fomentar la exclusión ideológica, venga de donde venga y por mucho que está se
ampare en la libertad de expresión, por desgracia “es lo que hay” aquí y en
Tudela, por pate de unos y de otros que les llaman “catetos”.
Los
ciudadanos, cada vez estamos más informados a pesar de las manipulaciones de
unos y otros y de la miopía propia que muchas veces viene acompañada de
principios de glaucoma, pero queremos que todo esto también sea parte del cambio. Y que el cambio sea para el bien de todos.
Nota: Publicado el martes 09-02-2016 con el título "Privilegios y prebendas".
Dile a tu hermano, que escribe my bien y que le leemos siempre.
AB y JM
Nota: Publicado el martes 09-02-2016 con el título "Privilegios y prebendas".
Dile a tu hermano, que escribe my bien y que le leemos siempre.
AB y JM