miércoles, 23 de enero de 2013

La entrevista, valores y sobres

Parafraseando a W. Shakespeare en Hamlet, “algo huele a podrido en aquí en” Occidente. Se habla mucho de crisis financiera, económica, global, algunos incluso mencionan la crisis de valores. En mi opinión no hay crisis de valores lo que pasa es que influenciados por la postmodernidad de finales del siglo XX hemos sustituido la diana, el objetivo. Y los valores absolutos los hemos aparcado para acogernos a los relativos. La moral la hemos dejado en el armario por parecernos fuera de moda, y olernos a incienso olvidándonos que es un concepto filosófico y que existe una variante humanista, y nos vestimos de amoralidad o incluso de inmoralidad como si tal cosa. La ética la hemos cambiado por la estética. Si parece bonito, guapo o queda bien, se lleva, está bien y por ende es bueno.

Estos días y coincidiendo con la climatología hemos sufrido una ciclogénesis en los medios a modo de tormentas de tinta y desborde de opiniones. Dos noticias se han llevado la audiencia. Por un lado LA ENTREVISTA, lo escribo con mayúsculas porque parece que Oprah Winfrey es la única que hace buenas entrevistas, y aunque son buenas, lo mejor es su capacidad de promoción, algo que debiéramos implementar en todos los sectores, productos y servicios de nuestro país. Pero el hecho no es la entrevista en sí, y si Lance Armstrong reconoció su dopaje. Es su tranquilidad, falta de arrepentimiento y de pedir perdón, aún reconociendo que se había comportado como un matón. Asumía que lo había hecho porque sin dopaje no se podían ganar los 7 Tours y además era una práctica habitual. Vamos que si todo el mundo mata porque no lo voy hacer yo, es una práctica habitual.

La otra es noticia es en cómo hemos cambiado, en los 80, las familias de clase media, media alta compraban apartamentos en la playa y/o en la montaña, hoy en día si no tienes una cuenta en un paraíso fiscal (Suiza, Gibraltar, Bahamas, Caimán) eres un “ningundí”. Al parecer la tiene la familia real (Sr. Urdangarín), la burguesía catalana (Sr. Puyol hijo), de la burguesía vasca no tenemos todavía constancia pues por tradición y desconfianza son más dados al zulo, y ahora el Sr Bárcenas y sus amigos o socios.

Quien nos iba a decir que Navarra iba a crear moda cuando el presidente Otano y sus correligionarios a mitades de los noventa manejaban ya una en Zúrich o era en Berna, me falla la memoria. Pero no acaba aquí el tema también somos pioneros en la moda de los sobres. Nosotros hasta los ponemos en las murallas (Sr. Cervera y Sr. Asiain todavía no sabemos quién), inaugurando la moda otoño-invierno, Milán, París, Nueva York, Cibeles y la pasarela del Fortín de San Bartolomé. ¡Qué glamour!.
La tira de Oroz 18-01-2013
Como decía es bonito y se lleva, parece que por todo el mundo, por ello me debato en la duda. No sé si pedir, ahora que negociamos el convenio, que la empresa me dé un sobre con lo que cotiza por mí y mis compañeros a la Seguridad Social. Y mientras la empresa hace como los equipos de futbol, negocia con Hacienda (total somos todos, no importa) el pago aplazado (como Osasuna) y si no llega que pida ayuda al Gobierno (siguiendo el ejemplo del Valencia). Entra tanto pondré en práctica lo que he aprendí estos días, sacaré el dinero de los sobres, en bolsas de plástico, que me llevaré a Suiza o Gibraltar (digo dos sitios opuestos para despistar al fisco), abriré una cuenta, crearé una empresa y en la próxima amnistía fiscal, la declararé, pagaré solo el 10% y me podré jubilar, hasta anticipadamente que ya no se llevará.

O por el contrario hacer lo que me enseñaron mis padres que “si sabes cómo y puedes hacer las cosas bien no es una elección sino una obligación”* y por ende complicarme la vida. Y ser uno más de los ciudadanos que cada vez que ve este panorama, le entra la otra duda, y unas ganas terribles, la de liarse la manta a la cabeza, echarse al monte e innovar el garrote vil y la guillotina; y empezar a probarlas con todos estos creadores de moda barata pero que nos está saliendo demasiado cara.
La tira de Oroz 06-02-2013
La última es que a pesar de todo lo que hemos pasado no vamos a llegar al aprobado en la asignatura del déficit. Tendremos que repetir curso.

Por cierto, que nos den gato por liebre, para atrapar a los malos que llevan doble contabilidad no valen las auditorias, basta con ver alguna película de cine negro, Y hay dos medios o canta el contable a cambio de privilegios judiciales o se consigue la libreta (ahora ordenador) donde apuntan los pagos y cobros. Pero para ello se necesitan a tipos íntegros como Eliot Ness. Y ya hemos visto que ni en la UCI durante 7 años ha habido uno.

*El camino más fácil de G Mtz Serrano.


Lo tengo. Un saludo y gracias por su reflexión.
LC



¡Las fechas de caducidad! ¿Son la solución?

El ministro del ramo, ha abierto la caja de Pandora, acuciado por las estadísticas (163 kg/persona al año) y las tremendas imágenes de nuestros convecinos hurgando en los contenedores para encontrar que comer.

Pero lo primero al abordar un problema es definirlo. Pues de lo contrario podemos correr el riesgo de no solucionarlo o lo peor generar nuevos problemas. Y como me dijo una vez un buen jefe mío cuando empezaba en el mundo laboral, a ti Jesús, como técnico, se te paga por resolver los problemas, no por generar nuevos.

Para ello vamos a definir que entendemos por residuo alimentario y por desperdicio alimentario. Pues no es lo mismo y no son sinónimos. Residuo alimentario es el subproducto de la preparación y trasformación de los alimentos, también entrarían dentro de esta definición los alimentos que durante su manipulación (en su recogida, transporte, transformación, distribución y venta e incluso en la preparación en el hogar) han sido susceptibles de contaminación y que por lo tanto no son aptos para el consumo humano. Dentro de esta categoría lo que se entiende por subproductos tradicionalmente se empleaban en la alimentación animal, hoy en día debido a la “empresarización” de la ganadería y a la legislación que hay sobre ella, muchos de estos subproductos no son reutilizables. Y su destino es el vertedero, otra solución pudiera ser el compostaje. Pero muchas veces esta vía es más cara.

Mientras que por desperdicio alimentario podemos entender aquellos productos que han podido perder alguna de sus propiedades organolépticas o nutricionales pero que su consumo no entraña ningún riesgo para la salud. Aquí es importante distinguir entre fecha de consumo preferente y fecha de caducidad. Tampoco son sinónimos. La legislación europea determina que todo alimento debe llevar una de estas dos fechas. Su diferencia estriba en que un alimento que ha superado la fecha de consumo preferente es susceptible de ser consumido pero puede haber perdido alguna propiedad nutritiva o sufrir alguna alteración organoléptica bien de olor o sabor, disminuyendo o potenciándose. El superar la fecha de caducidad sí que implica que el alimento no sea comestible. Aunque actualmente debido a la mejora de los procesos y los controles de estos y a los sistemas de envasado, algunas de estas fechas son susceptibles de ser modificadas. Pero aquí hay dos posibilidades, hay alimentos cuya fechas viene definida por la legislación (caso del yogur, que ha abierto la polémica) y otros que son los fabricantes los que la pueden determinar. Naturalmente estos se cuidan muy mucho en que sus productos no sufran alteraciones al cumplimiento de la misma. Pues su imagen depende de ello, lo mismo que los fabricantes de coches no venden estos con las ruedas sin todos sus tornillos o sin un faro, porque entonces perderían clientes. Y ya sabemos que con las cosas de comer no se juega, y lo hemos vivido recientemente con las últimas crisis alimentarias, como la de los pepinos en Alemania, en donde por un error gubernamental el daño que se hizo a nuestro sector fue tremendo.

Además últimamente y debido a los cambios en nuestros hábitos los fabricantes suelen incluir instrucciones o recomendaciones de uso de los alimentos para que estos preserven sus características. Algo que las nuevas generaciones de consumidores desconocen, pues es anécdota verídica que un compañero de carrera me pregunto asustado que la había pasado a su planta de guisantes cuando se la había caído la flor y aparecido la vaina. No sabía que los guisantes estaban dentro de la misma.

Los que hemos visto a nuestras abuelas cocer hasta tres veces la leche y conocimos las fresqueras aprendimos de pequeños muchas normas de uso y conservación de los alimentos, que incluso en algunas religiones son precepto (normas Koser y Halal), pues ancestralmente habían llegado a la conclusión de la contaminación cruzada y del portador sano. Hoy en día hay muchos brotes de gastroenteritis que intuyo son producto de malas prácticas de manipulación de alimentos, y que se atribuyen a virus.

La tira de Oroz 31-01-2013

El hecho del derroche de alimentos es otro defecto de nuestra moderna sociedad pero para evitarlo a parte de cambiar la legislación que en algún caso puntual puede ser necesario, la correcta solución, en mi opinión, del problema pasa porque los productores no tiren los excedentes de la producción para manipular los precios, los fabricantes estudien quienes son sus clientes potenciales y adecuen los envases a las raciones necesarias y a sistemas de apertura y cierre y junto con la administración busquen posibilidades de uso de los subproductos algo que muchas industrias están ya estudiando.

Mas lo esencial es incidir sobre todo en la educación del consumidor. En su formación como manipulador de alimentos, y en las buenas prácticas a la hora de conservar los alimentos. En cumplir la regla FIFO lo primero que entra es lo primero que debe salir. La sociedad ha evolucionado y está evolucionando en usos y costumbres a la hora de comer. Ahora ya no somos cazadores ni recolectores, y la mayoría trabajamos, si tenemos esa suerte, en la industria y en los servicios: Nuestros hijos se sienten más atraídos por las pantallas que en como sus abuelas o sus padres y madres hacen la comida, y a veces estos por falta de tiempo recurren a productos semi preparados o totalmente elaborados. Muchos comen en los comedores del cole y luego pasan a los de las fábricas y por tanto se está perdiendo la transmisión generacional.


Recibido y gracias. No me olvido del que tengo pendiente.
LC

Ya te he leído, suscribo todo lo que dices.
JA