Si a la anterior legislatura,
lo denominamos la breve o la del “agobierno”. Esta, ahora que está de moda el
cine de terror, se la puede archivar como la de “The Walking Dead”. Para que el
PP llegara a gobernar, en el PSOE defenestraron a su candidato. El cual ha
renacido de sus cenizas, esta semana se ha hablado de su posible conversión en
Frankestein, aunque esto queda por ver, tras tumbar a un Zombie. Si Drácula era
Montoro, ¿quién es el Hombre Lobo? Y la ¿Momia?
Mientras hemos comprobado que
hay una diferencia entre los dos partidos de la antigua casta. Y es que en el
PSOE se saben comer los marrones: Galeote con el caso FILESA, Damborenea, Barrionuevo,
Corcuera, Vera, Roldan con los GAL, y en Navarra Urralburu y Otano con la
cuenta de Suiza, Griñan y Chaves apuntan al de los ERE de Andalucía. Atrás
quedan la incógnita del misterioso sr. X de los noventa y quién era la persona
al otro lado de la línea que llegaba al irundarra bar El Delfín hace unos pocos
años. En el PP sólo los pardillos tragan con los marrones, léase Cervera,
Cifuentes y Rajoy, los demás cantan opera o se escurren entre las bambalinas.
A Pedro Sánchez, (o debiera
decir P. Sánchez como es probable que antes pronto que tarde le empiecen a
llamar desde Podemos pues neutralizada la vil derecha pronto empezara el acoso
y derribo de la perdida y desnortada socialdemocracia), le ha visitado con seis
meses de adelanto el Olentzero (nunca mejor dicho transfigurado en PNV), y le
ha regulado un estado para el hombre. Mientras el PNV, las viejas costumbres (actuación
durante la guerra civil) son difíciles de abandonar, en un despacho negocia los
presupuestos con el PP y en otro cierra acuerdos con el PSOE. Casi
simultáneamente en el Senado la mayoría del PP aprobaba los presupuestos con el
voto en contra del PSOE, y Pedro, su candidato en la moción de censura en el
Congreso los aceptaba y se los comía con patatas. Para que luego digan que el
Senado no vale para nada. Es la doble moral de la política, el arte de la misma
o quedarte helado por la falta de ella.
Veremos cómo el recién llegado
inquilino de la Moncloa lleva esos presupuestos adelante cuando sus otros
socios, las diversas y múltiples confluencias de la hidra Podemos los tildaban
de nefastos y retrógrados socialmente.
En breve comprobaremos si el
nuevo presidente sabe dialogar y pactar o si tirara de la vieja fórmula del
Real Decreto, en la que han caído todos sus predecesores. Como todo debutante
dispone de cien días, con lo que nos plantamos en ciernes del otoño y
preparación de nuevos presupuestos.
Los españoles descubriremos,
ahora sí, cuanto más nos va a costar esos pactos tanto económicamente como en
prebendas a los mal llamados territorios históricos. Si será vía subida de
impuestos directos en nuestras ya mermadas nóminas, si nos lo colarán vía
indirectos y dejaremos de consumir ralentizando la economía y siendo por tanto
los culpables de ello. Ya se sabe el pueblo es ignorante y necesita de doctos
dirigentes, es lo que alegan siempre quienes llegan a la cúspide del pedestal. O
si se maquillarán, al ritmo de Mecano, vía partidas que se guardan para tal
efecto, hasta poder elaborar los del 2019.
Hasta entonces seguiremos en
la duda y en la incertidumbre, si caerán o no las tormentas estivales, parece que
va a ver muchas. Esteramos pendientes de si hemos pasado de Guatemala, de un
gobierno del PP (Partido Popular), a otro de PePes, P de Pedro y P de Pablo
(éste en la trastienda hasta que pueda dar su golpe definitivo para asaltar el
Cielo que es lo mismo que llegar de Galapagar a la Moncloa) o hemos ido a
Guatepeor a una triple P, la primera de Pedro ó PSOE, la segunda de Pablo ó
Podemos (aunque visto lo de su referéndum interno tanto monta, monta tanto), y
la tercera es la de los Proseparatistas (PNV, PdCat, neo Plataformas de
Batasuna, etc.). Vaya lio de Ps.
Y queda la mitad de la
legislatura, aunque segundas partes (84 escaños) nunca fueron buenas, y más aún
si las primeras fueron un desastre en taquilla (134 escaños). ¡Que pase rápido!,
pues dos años de campaña no los aguanta ni el Tato y en medio las locales, que
para muchos serán su Rubicon particular. Prepárense para el empacho de mítines
y la maratón electoral, primarias varias, municipales, autonómicas, más
primarias y nacionales y es posible que también europeas, porque no con
primarias. Y compren palomitas que ahora terror empieza con p, de postverdad (palabra
de moda), al igual que progresía (que nadie sabe muy bien que es) y que
populismo (se antoja nefasto) y que popular (convertido en sinónimo de
corrupto), ya ven la p da mucho juego, mejor, partido.
Nota: Publicado el 15-06-2018 en Diario de Navarra y el 05-06-2018 en el Blog de El Español.