sábado, 24 de noviembre de 2018

Viernes negro el nuevo becerro de oro

Llegando estas fechas, en donde se nos agolpan los festivos nacionales y en nuestra comunidad los autonómicos y locales, los políticos y empresarios suelen caldear los titulares con el debate de los puentes. Mientras curiosamente los comerciantes copian la campaña del “Viernes Negro” y nos imponen el modelo consumista.
El “Viernes negro” como casi todos sabemos a estas altura, es el día después del Jueves de Acción de Gracias y es el agujero en el puente más conocido de Estados Unidos y más llevado al cine. Tanto que ha dado a un subgénero de buenas películas que aprovechando dicho puente nos muestran el estilo de vida americana y las relaciones familiares que en ella se dan, siendo esta fecha de carácter más familiar que la misma Navidad.
El día de Acción de Gracias lo asociamos a la celebración que los peregrinos puritanos del Mayflower hicieron tras asentarse en el Nuevo Mundo, en la colonia que llamaron Plymouth en la costa del actual estado de Massachusetts. Sin embargo debemos recordar que en Inglaterra con la instauración de la Iglesia Anglicana durante el reinado de Enrique VIIl y como reacción al gran número de festividades religiosas del calendario católico se remplazaron los festivos bien por días de ayuno en caso de desastres inesperados o bien por días de acción de gracias, las bendiciones especiales vistas como provenientes de Dios como el caso de los colonos ingleses. Fue Lincoln el que fijó y unificó el día de la celebración al cuarto jueves de noviembre.
De hecho algunos puritanos deseaban eliminar por completo todas las festividades eclesiales, incluyendo la Navidad y la Pascua. Parece que esta idea va calando poco a poco en lo que conocemos como “moderna” sociedad occidental.
El binomio Jueves Acción de Gracia-Viernes Negro, nos demuestra la capacidad del ser humano de darle la vuelta a los cosas como si nada. De todos es conocido la historia del Éxodo cuando Moisés  bajo del Monte Sinaí con las tablas de los diez mandamientos y se encontró al pueblo hebreo adorando a un becerro de oro. Ahora en el siglo XXI, casi 3.500 años de aquello, creamos nuestro postmoderno becerro de oro, el culto al consumo, que se cobra el dinero de nuestras tarjetas como ofrenda en el templo de los centros comerciales. Y para completar el consumista “triduo”, a modo de lunes de Pascua, se ha inventado el Lunes Cibernético dedicado a las compras por Internet.
Nos venden esta fecha como el pistoletazo de salida de la campaña de Navidad, pero con el dilema de que, lo que se gasta ahora ya no se gasta luego y viceversa. Y es que la vaca no da más. Con los sueldos que tenemos se incita al consumo pero en esta ecuación hay una incógnita que nadie se atreve a despejar.
El pequeño comercio también se ha apuntado a esta moda y se estima que el 40% del comercio de proximidad ofrecerá promociones, con el objetivo de no perder ventas frente al comercio electrónico y a los grandes formatos comerciales. Entre los comercios adheridos se encuentran representados los más variados sectores como electrónica, papelería, mobiliario, textil, complementos, óptica, alimentación, joyería, fotografía, estética, calzado o complementos para bebé. Y cada año son más los establecimientos que se apuntan a la orgía del “descuento”. La horquilla de los mismos va entre el 20% y el 30%. El gran reclamo es el “Libre de IVA” o “Sin IVA”, aunque todos sabemos que buena es Hacienda para perderse esta bacanal de transacciones sin pillar su cacho Sobre todo con unos presupuestos inciertos y en donde todo lo que signifique un posible incremento en los ingresos de la administración, es olor a carnaza. Hasta las web municipales se prestan a dar cobertura a los listados de establecimientos adheridos a la campaña.
Pese a todo son muchos los consumidores que se quejan de malas prácticas y de que no es oro todo lo que reluce. Hay comercios que suben los días previos los precios para así dar la sensación de que luego te hacen un descuento enorme. Algunos son tan chapuceros que reetiquetan sobre el precio anterior y se ve que no han cambiado los mismos, y  así un sinfín de triquiñuelas. La mayor de ellas el hacernos creer que es el mejor día para hacer las compras de Navidad al mejor precio, las estadísticas dicen que 3 de cada a 5 personas han caído en las fauces de esta nueva hidra.
Y el peligro es que tras Halloween y el Viernes Negro lo siguiente sea que empecemos a celebrar el día de Acción de Gracias, aunque sólo sea por dar gusto a los productores de pavos; olvidándonos de San Saturnino, nuestro patrón, y de tan modernos y progres caigamos en el puritanismo cerril pidiendo la hoguera para la comparsa de Gigantes y Cabezudos en un nuevo juicio de las Brujas de Salem (Massachusetts).
Nota: Publicado el 24-11-2018 en navarrainformacion.es y el 24-11-2018 en Diario de Navarra.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

La Divulgación Científica ¿nueva moda?


Todo es ciencia es uno de los titulares que nos ha dejado la semana de la ciencia, que se celebra en noviembre, y uno de lo motivos es porque el 15 de noviembre es San Alberto Magno, patrón de las Ciencias (Naturales, Químicas y Exactas).

Es sorprendente, por no decir, desconcertante que la que fuera la Cenicienta (hijastra) de las Ciencias o lo que las nuevas generaciones llamarían el John Snow (bastardo) de las mismas, sea gran protagonista de estas fechas. Me refiero, a la hasta no hace mucho denostada y hasta vilipendiada, Divulgación Científica; escrito con mayúsculas porque se lo merece y vilipendiada, porque muchos de los que hoy en día participan y fomentan el impulso y la difusión de la Ciencia, solían mirar por encima del hombro y, en círculos reducidos, hasta trataban con cierto desdén, casi rayando el desprecio a los pioneros que se dedicaban a esta rama del saber.

¿Qué es lo que ha cambiado en tan breve espacio de tiempo para que algunos prohombres y mujeres, que también las había, de la Ciencia hayan cambiado su chip y sean protagonistas de las redes y los medios de comunicación? Y más hondas cuestiones: ¿Por qué ahora está tan en boga la Divulgación Científica? ¿Será sólo una moda pasajera?

Son muchos los motivos, para empezar hoy en día vivimos en una sociedad “tecnologizada” y la tecnología mama de la ciencia para su desarrollo. También cada vez más nuestra moderna sociedad esta ultra especializada y las personas por un lado adolecemos de lagunas de conocimiento y por otro lado somos intrínsecamente, aunque parece cada vez menos, curiosas y algunas les gusta saber y conocer como y porqué funcionan las cosas. Esto hace que la demanda de entender los avances científicos y tecnológicos se haya incrementado. Los famosos programas de la 2, son una mera anécdota pues ya hay hasta cadenas especializadas. Hoy no hay programa de televisión, radio o prensa que no posea una sección dedicada al tema. Incluso en los mismos horarios por aquello de la competencia por la audiencia.

Sin embargo hay un motivo mayor y es el poderoso caballero, Don Dinero. Las personas que se dedican a la investigación hoy en día, precisan de fondos y su futuro laboral depende en gran medida de encontrar la financiación para ello. Y aquí es donde entre la divulgación científica,a priori hay que dar a conocer que se quiere investigar y cuales son los objetivos de esa investigación y a posteriori hay que publicitar los logros conseguidos para, así poder, seguir pidiendo financiación para nuevos proyectos. Los científicos se han dado cuenta que gracias a la divulgación pueden llegar a mas fuentes de financiación. Y por ello muchos han tornado sus prejuicios, y apuestan por ella.

Además esto ha supuesto el descubrimiento de un nuevo nicho laboral y la posibilidad de una carrera profesional para aquellos apasionados de la ciencia y que entre sus habilidades se encuentran las comunicativas. A este implosión de la inflación divulgativa a ayudado Internet, con las redes sociales que ayudan a difundir las ideas y proyectos, la facilidad de elaborar videos, sin necesidad de la gran inversión que hasta no hace mucho hacia falta, y la posibilidad de escribir blogs o crear webs con aplicaciones sencillas de manejar y muchas a coste cero.

Pero también ha surgido un lado oscuro y es que algunos estudios y conclusiones se han sesgado y se “cocinan”, como las encuestas electorales, para seguir en la ola. Bien sea para seguir consiguiendo financiación, porque desgraciadamente la economía y la ciencia están reñidas y los logros no aparecen a la primera, ni la segunda y los inversores lo que buscan es una alta y rápida rentabilidad y, por el contrario, la ciencia es una carrera de larga distancia, no de maratón sino del estilo “ironman”, el científico además de ser un experto en su campo, debe desarrollar sus dotes sociales para atraer a los inversores, además de comunicativas para vender su trabajo y logros, y encima ser una “hormiga” con el presupuesto recibido. O bien para que su patrocinador recupere la inversión y/o gane más dinero. Especialmente se están destapando casos en la sanidad y las farmacéuticas y en el mundo de la nutrición y los alimentos.

Por ello ahora, en la publicación de los trabajos científicos se empieza a pedir que se indique quien ha financiado la investigación para así evitar fraudes o sospechas como las que, recientemente, han puesto en el punto de mira a José Baselga, empañando su carrera profesional.

Bienvenida sea la divulgación científica aunque a muchos les cueste aceptarlo como mal menor. Y desde luego que sea clara y transparente en su financiación para que la sociedad no tenga que sospechar de los hallazgos obtenidos.

Nota:Publicado el 21-11-2018 en Diario de Navarra y 28-11-2018 en navarrainforamcion.es  

lunes, 5 de noviembre de 2018

La lucha por el relato


Los romanos decían si quieres paz prepárate para la guerra. Desde entonces ha llovido mucho. Hoy en día Trump se queja de que sus socios y aliados de la OTAN no colaboran lo suficiente para mantener esa paz. Pero en las sociedades modernas, democráticas y occidentales los féretros no suman, sino que restan votos.

La venta de armas nos deja golpes del mismísimo Gila (las bombas que vamos a vender a Arabia no son peligrosas, pues tienen mucha puntería) sino fuera porque el que hace el ridículo es el Ministro de Exteriores de España, el Sr. Borrell, el que parecía poner la nota de seriedad en el gobierno que la historia llamará el Gobierno del Mus, por los continuos descartes de ministros.

Mientras Podemos nos enseña su vena más marxista, de Groucho que no de Karl, y ahora Arabia Saudí no es tan mala, lo importante son los puestos de trabajo y los votos de los Astilleros de Cádiz. Ya vemos que tienen un archivo lleno de principios para cada momento.

El terror que tiene nuestra sociedad a la muerte, nos ha llevado a reinventar una incruenta guerra moderna. En donde el campo de batalla son los medios de comunicación y las redes sociales, las armas son las medias verdades, los infundios, y las mal llamadas postverdades. Así denominadas, suenan hasta bien, pero más allá de la veracidad, crean una realidad que es mentira y engaña a la gente. El arsenal se completa con la tergiversación de conceptos, el lenguaje políticamente correcto, el empleo y hasta los intentos de imposición legal del lenguaje mal llamado sexista. Hay que decir el presidente y la presidenta, pero no la policía y el “policío”, la periodista y el “periodisto”, etc, es sexista para según que palabras. Un sin sentido. Claro que si no tragas eres acusado de machista, falocrata y fascista; haciendo un uso tan poco riguroso de la palabra que banaliza su concepto, como dice Nicolás Sartorius (activo militante antifranquista, cofundador del sindicato de trabajadores Comisiones Obreras y miembro del partido Comunista de España) en su libro “La manipulación del lenguaje: breve diccionario de los engaños” (Editorial Espasa).

El minar la moral del enemigo con desinformación, es un hecho que se da desde antiguo, los españoles nos hemos comido la leyenda negra, la gripe española, y otras muchas falsas historias. Y es que el objetivo es conquistar lo que se llama “el relato”.

Por ello es importante para ETA y su entorno convencernos de que había una guerra y que el Estado también era malo. Se olvidan de un pequeño detalle, que hubo una amnistía en 1977 y que pudieron dejar la llamada vía armada. Sin embargo en los años del plomo, donde más victimas hubo, fueron contra un Estado legítimamente democrático.

La misma obsesión por el relato es la de los independentistas y sediciosos catalanes, que no les importa reescribir la historia para conseguir su objetivo- El colmo, llega hasta pretender que se cambie la fiesta nacional del estado del cual abjuran. Vaya cacao que llevan, propio de una escena de los Monty Phyton.

Otro relato es la imposición del termino régimen del 78 o régimen de la Transición, con la intención de llegar a la III República. Desgraciadamente la República no es la panacea para nuestros problemas económicos y sociales. Los estado republicanos no están vacunados e inmunizados contra el paro, las crisis, los problemas de convivencia, etc. Tampoco el republicanismo es sinónimo de progresismo y de “izquierdas”. En países definidos como republicanos y democráticos existen partidos y gobiernos de “centro” y de “derechas”. Republicanos eran Machado, Ortega y Gasset, Marañon y Pérez de Ayala, todos miembros del ASR (Agrupación al Servicio de la República) por citar a algunos que no eran de “izquierdas”. Sin olvidar que a muchas personas de “izquierda” les horroriza el vocablo “progresia”, como a Julio Anguita.

En nuestra época pecamos de ver, mirar e interpretar con los ojos de nuestro tiempo acontecimientos históricos pretéritos sin ponernos en la situación y el contexto de entonces. Ya sea la transición, el papel de la mujer a lo largo de la historia, la vivencia de la sexualidad, etc.

Nuevos descubrimientos en neuropsicología concluyen que la forma de leer en Internet es superficial y rápida, provocando la perdida de la lectura profunda y, por tanto, la disminución del pensamiento crítico. La única arma de defensa que tenemos la población civil en esta moderna guerra por el relato.

Nota: Publicado el 05-11-2018 en El Blog del Suscriptor de El Español y el 17-11-2018 en navarrainformacion.es