lunes, 21 de octubre de 2013

Los políticos juegan a la ruleta rusa

Soy de una generación que crecimos asustados por el holocausto nuclear, y que nos quedamos petrificados en la butaca con el desgarrador grito de “Cara Cartón Charlton Heston” en la escena final del “Planeta de los Simios”.

Esta semana parece que le hemos cogido justo a esto de acercarnos al precipicio y a jugar a la ruleta rusa pero en la realidad. Por un lado en el ámbito internacional el Presidente Obama con los republicanos enrocados en demostrar quien ponía más balas en el tambor mientras lo giraban y se aproximaba el plazo del llamado “abismo fiscal”, gracias a la intervención de una senadora republicana que ha buscado alianzas y relaciones entre sus congéneres de sexo del partido demócrata se ha logrado una prórroga de tres meses. Todo gracias a las mujeres, como ha alabado el senador conservador Mc Cain.

Y es que no somos iguales, los milenios de evolución imprimen carácter, los hombres cazadores y guerreros no pueden evitar su testosterona y las mujeres acostumbradas a lidiar con las diferencias en el clan, saben siempre buscar alianzas. Ángela Merkel, la cual, no me pone, como dicen los jóvenes ni física ni intelectualmente (políticamente), acaba de dar una lección a nuestros políticos nacionales, forales y locales, logrando un gobierno de gran coalición, disminuyendo la incertidumbre para con sus conciudadanos y dando la estabilidad necesaria que precisan los tiempos en los que vivimos.

Mientras en Europa, en concreto en Francia, tan orgullosa de su lema “Igualdad, Libertad y Fraternidad”, un gobierno socialista ha aplicado el peso de la ley y ha deportado a una peligrosa antisocial menor de edad, cuando estaba de excursión con sus compañeros de instituto, todo sea por no quedar atrás en las encuestas de intención de voto, lo peor es que dicha chica legalmente tiene todo el derecho del mundo a vivir en Francia al haber nacido en Italia, aunque su familia sea bosnio-kosovar-. A mis allegados a hace tiempo que les dije que tanto Obama como Hollande, me parecían un Rodríguez Zapatero, pero uno envuelto en el glamour de la alfombra roja de Hollywood y los rascacielos de Chicago y el otro arropado por el tintineo de las candilejas de la ciudad de la luz. Lo contrario a la famosa conjunción galáctica de aquella ministra y secretaria de organización desaparecida de escena. Y poco a poco ambos ratifican mi intuición, a lo que el Sr. Punset se congratulará en su próximo artículo.

 La libertad guiando al pueblo de Paris - Eugène Delacroix - 1830

Aquí para no ser menos El Sr. Mas y sus amigos de pancarta siguen forzando el juego de la ruleta rusa ahora os apunto con el referéndum, ahora me apunto con la declaración unilateral. Y mientras los empresarios catalanes que empiezan a sudar ante la apuesta, comienzan a hacer declaraciones: unos tímidamente, otros muy claros. Y para amenizar el sainete el “president” da un mutis por el foro y planta a la fundación Fomento del Trabajo, que era quien le había convocado y no a la vicepresidenta, aunque los periodistas caen en el subterfugio y lo titulan en clave de confrontación en vez de mala educación. "Sólo los tontos se burlan del protocolo", recordaba el malicioso canciller Talleyrand.

Mientras a la espera del próximo capítulo de este culebrón que apunta a drama nacional. Y que cada día nos despista más del foco de numerosos problemas más reales y acuciantes: paro, desahucios, perdida del mal llamado estado de bienestar, quiebras de empresas emblemáticas como Pescanova, Panrico, Fagor, con el drama social y familiar que conlleva. ¡Abran sus apuestas¡ ¿Cuál será la próxima?

Me pregunto, en mi ingenuidad de ciudadano de a pie, si alguno de los innumerables asesores de nuestros numerosos políticos de este país, no les puede aconsejar de los problemas que realmente nos preocupan que son muchos y que se dejen de juagar a la ruleta rusa. Porque como decía, allá en 1985, mi capitán García Domaica (por cierto una gran persona): “las armas no las carga el diablo, las carga un idiota y se les dispara a otro idiota”.

Por ello ojo lo que cargamos y como jugamos no sea que nos explote en la cara. Y el abismo al que parece nos gusta asomarnos nos succione cuan agujero negro.

Nota: Publicado el  12-11-2013 en el Diario de Navarra.

sábado, 12 de octubre de 2013

Sobre los husos y horarios laborales



Tras el verano con sus distintas y coloridas serpientes informativas: Snowden y el coletazo de Evo Morales, los JJOO y la “relaxing cup” (que podría convertirse en una nueva competición futbolística para poder tener más futbol, pues hay poco), llega el otoño, y en Pamplona con el marrón de las cuentas de Osasuna y este marrón, Sr. Archanco y resto de la junta directiva, es de todos los navarros, parece que sólo son 40 millones de calderilla que bien nos vendrían en nuestras arcas forales, las de todos y a las cuales el resto de los ciudadanos no podemos aplazar el pago. Pero a lo que iba, este año para amenizarnos y como cortina de humo de los presupuestos en vez de sacar el tema de los días festivos en España o el sempiterno asunto del cambio de hora, nos liamos con los husos horarios y lo aderezamos con los horarios/jornadas laborales.

Para empezar y como es norma en este país cainita buscamos una cabeza de turco, esta vez es al antiguo dictador. No seré quien defienda, y a estas alturas de mi vida, a semejante personaje pero puestos a echarle las culpas de algo (además de las sabidas por todos) me parece más serio adjudicarle el asunto del estraperlo y el favorecimiento del pluriempleo que posteriormente nos han llevado a ver normal la economía sumergida que hoy en día ahoga a este país y los sueldos ridículos que cobramos en comparación con nuestros vecinos europeos, con los que para lo que queremos bien que se nos mide. Pero bueno si el tener un malo al que caerle el mochuelo nos ayuda a unirnos en cambiar algo bienvenido sea y echémosle la culpa de todo para ver si de una vez arreglamos este galimatías en el que nos hemos metido y del cual no encontramos la salida, porque algunos viven muy bien así, enredando la madeja y confundiendo al respetable.

Sobre el ajuste al uso horario creo que mi posición, quedo meridianamente clara en el artículo del pasado 28 de marzo titulado La danzade las horas, en donde abogaba por la adecuación al horario solar. Sobre lo que quiero incidir ahora es en el debate de los horarios laborales. Los mismos han cambiado mucho desde los años 40. Ahora hay muchos sectores que trabajan a dos y tres turnos, automoción, alimentario, sanidad, seguridad, prensa y comunicación y seguro me dejo alguno. Otros se han tenido que adaptar a los nuevos usos y costumbres, el horario del comercio cada vez queremos que sean más amplio, (personalmente me niego a ir a comprar algo en los festivos/laborables en dicho sector salvo causa de fuerza mayor pues lo que no quiero para mí no se lo deseo a otro compañero trabajador); el del ocio, y el de la hostelería el cual por estar relacionado con un sector estratégico como el del turismo no veo claro que lo adoptemos a los horarios europeos y menos a los ingleses, en donde cierran los bares (pubs) a las 22:00 y los sábados a los 23:00, con su tradicional toque de campana. La construcción bien hemos visto que cuando aprietan los plazos con unos buenos focos se puede trabajar a todas las horas necesarias para llegar a cumplir los plazos, caso del Mercadona de Berriozar, entre otros.

Por tanto nos queda el sector servicios / oficinas, el cual si se puede adecuar a los consabidos “9 to 5” tan sajones y normandos. Hace tiempo que trabaje en una multinacional en donde se impuso este horario tanto en sus oficinas centrales como al personal de las plantas que podía adecuarse al mismo en España con un sistema de fichaje en donde el trabajador debía cumplir sus 40 horas semanales con la única condición de ir todos a los días de lunes a viernes pero con la libertad de meter un día 10 horas y otro 6 en función de sus necesidades personales y siempre que se cubriera el servicio. Posteriormente mi devenir profesional me llevo a conocer otra multinacional, ésta definida por un compañero como transnacional de pueblo, y otras empresas medianas y pequeñas, algunas vinculadas a grandes grupos corporativos y otras de carácter familiar. Curiosamente en la mayoría de ellas, con excepción de una cuyo origen estaba vinculado a una familia alemana y se cumplían escrupulosamente los horarios. En el resto se daba el caso de que o bien por mentalidad del fundador o peor por maneras heredadas ya de este, ya de no se sabía quién estaba pero que muy mal visto que uno se fuera a la hora, a pesar de cumplir sus objetivos. En alguna pude comprobar con gran asombro que la mayoría de la gente estaba esperando unos 30 minutos más y cuando el primero salía luego tras 10 o 15 minutos más salía el resto en desbandada y casi gritando aquello de “maricón el ´último” y disculpe el colectivo homosexual por lo de la expresión tan castiza. Lo peor de este hecho es que este lo pude constatar para colmo hasta en un departamento en donde el 98% eran titulados superiores y con un alto porcentaje de doctores en sus respectivas especialidades.

Luego el debate de los horarios laborales no debe centrarse en los mismos sino en la mentalidad de los jefes de sección, área, departamento y gerencia de las empresas y organizaciones y en que estos se despojen de las viejas costumbres de cuanto más horas mejor y adopten los nuevos parámetros de consecución de objetivos a la vez que la administración y también los mal llamados (controllers) controladores internos de desvíos de las empresas debieran hacer su trabajo y vigilen y persigan más el abuso de horas extras la mayoría muchas veces injustificadas pero permitidas e incentivadas para alcanzar unos sueldos dignos a final de mes debido a lo bajo de los salarios base. De manera que se mal educa al trabajador y se fomenta la ineficiencia de la institución, haciendo de esta costumbre y hábito.

Mejor centrar los problemas de los debates antes de que estos se nos vayan de las manos por las ramas y los cerros de Úbeda. Y acabemos como casi siempre sin resolver nada y perdiendo el tiempo y la paciencia.

martes, 1 de octubre de 2013

¡Por fin octubre!


¡¡Por fin!! Octubre, ¡prueba superada! un año más hemos sobrevivido al principio de curso. Esta es la expresión que muchos padres y madres exclaman cuando comienza este mes.

Somos muchos los progenitores que cuando llega septiembre y junio tenemos que hacer encaje de bolillos para sobrevivir al día a día de los mismos. Y el problema es los diferentes días y horarios con que nuestros hijos empiezan o acaban el curso escolar, a pesar de ir al mismo centro educativo. No importa que optes por la educación pública o concertada en castellano,  en euskera o plurilingüe. He preguntado a numerosos padres y madres entre amigos, familiares, conocidos, allegados, vecinos y compañeros de trabajo y todos andamos igual, de cabeza y deseando que llegue octubre para que los horarios sean los definitivos (sobre todo los que tenemos los hijos con jornada partida de mañana y tarde) y hallan comenzado las actividades deportivas y pasada los reuniones de principio de curso. Y en junio por el contrario sean vacaciones de verano y todos en casa.

En un momento en donde las empresas y a los políticos se les llena la boca hablando de conciliación familiar e igualdad, es imposible que un trabajador se puede organizar mínimamente sin ayuda o bien de los abuelos o tíos sin obligaciones familiares o incluso de los vecinos o bien con una ayuda extra familiar contratada para superar estos días. O cogerse días de vacaciones, porque esto no tiene permiso, ni derecho a horarios más flexibles.

Son muchos los colegios que comienzan sólo en horario de mañana y que cuando llega el 01 de octubre pasan al completo, pero esto se hace así. Como este año lunes solo de mañana y martes completo, miércoles (como es miércoles sólo de mañana) y el resto de la semana ya mañana y tarde. Los hijos locos porque no saben cómo tienen que ir y además les cambian el horario de las asignaturas y los días de gimnasia. En esta vorágine sé de algún padre que ha olvidado tener que ir a recoger a su hijo o lo ha “perdido” en la parada del autobús. Tan difícil es retrasar una semana o algo más el comienzo de curso pero empezar ya de mañana y tarde y sin tanto jaleo, por lo menos empezar los distintos horarios por semanas completas. Por cierto que en estos casos la reunión para conocer al nuevo tutor y los cambios de profesores se posponen a cuando comienzan las clases por la tarde, con lo que tu hijo lleva un mes con un profesor que muchas veces no conoces. Y de manera que si tienes varios hijos te pegas una semana entera llegando a casa a las 20:30 como muy pronto y habiendo recibida la charla del director o jefe de estudios varias veces.

Mención aparte los que tienen hijos en infantil y deben realizar el mal llamado período de adaptación escolar, puede que a los progenitores primerizos en su bisoñez o incluso ñoñez les parezca lo más acertado del mundo, sobre a todo alentados por psicólogos y pedagogos. Pero la verdad, y lo tengo hablado con muchos amigos profesionales de la educación en todas sus vertientes (púbica/concertada y lingüística) ese período es para el profesor. Actualmente se dan numerosos casos de niños que con tres años realizan un período de adaptación escolar, cuando desde los seis meses llevan entre 8 y 12 horas diarias en guardería y son auténticos “Rambos” en la supervivencia escolar, con más mili que sus padres y el palo la bandera. En general, y lo pude comprobar con mis cuatro hijos, se adaptan al momento o a los cinco minutos de estar con el maestro y los compañeros. Son casos excepcionales los que tienen problemas y por tanto es en esos en los que hay que incidir. Muchos de nosotros no hemos sufrido períodos de adaptación y aquí estamos, sin traumas, además tampoco tenemos adaptaciones al volver de vacaciones o de una baja laboral. Sin embargo hoy en día es lastimoso el espectáculo que se produce a veces (bastantes) cuando estos infantes casi preadolescentes deben ir a la semana blanca, verde o azul o algún campamento y no quieren separarse de sus familias a pesar de lo bien que se lo van a pesar. Como decía aquel ministro: Manda “güevos”.

Y ya para remate sobre la conciliación familiar, lo que les paso a mis sobrinos en un puente foral en donde a pesar de ir al mismo centro educativo iban a distinto ciclo (Primaria/ESO) unos tenían clase unos días y los otros los otros de manera que mi hermana y mi cuñado tuvieron que cogerse días de vacaciones no para hacer puente sino para organizarse en casa. Esto es la conciliación y la adaptación que sufren las familias tanto a principio como al final de curso y con los posibles puentes o días de carnaval. Por favor piensen más en las familias y menos en ustedes señores profesores, políticos y directivos de RRHH.

Nota: Publicado en Diario de Navarra con el título "Los colegios y la imposible conciliación familiar" el 02-10-2013.



Tienes toda la razón en el artículo que escribes. La racionalización de horarios y que se acomoden (tanto los laborales con los educativos como al contrario) es el primer paso para lograr una verdadera conciliación. Ya se esta trabajando en ello: posibilidades de implantación del horario europeo, flexibilidad laboral, ayudas para paliar los gastos que conlleva la no coincidencia de los horarios escolares con los laborales, etc...

Desde el área de Familia del GN, como área transversal que debe estar presente en toda la actividad del Gobierno estamos trabajando en ello, y cualquier sugerencia será bienvenida.
Enhorabuena por la publicación¡
Enviadodesde LinkedIn para iPad
TN 

Mi más cordial enhorabuena por el artículo sobre el período de adaptación... no se puede describir mejor.
Enviado desde LinkedIn
IT 

Eh! con este señor quiero estar. Buenos días, ya te he visto, leído, de par de mañana. Tienes más razón que un santo. Ahora vengo de dejar al nieto.
GC (vecina del barrio)

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