¡¡Por fin!! Octubre, ¡prueba superada! un año más
hemos sobrevivido al principio de curso. Esta es la expresión que muchos padres
y madres exclaman cuando comienza este mes.
Somos muchos los progenitores que cuando llega
septiembre y junio tenemos que hacer encaje de bolillos para sobrevivir al día
a día de los mismos. Y el problema es los diferentes días y horarios con que
nuestros hijos empiezan o acaban el curso escolar, a pesar de ir al mismo
centro educativo. No importa que optes por la educación pública o concertada en
castellano, en euskera o plurilingüe. He
preguntado a numerosos padres y madres entre amigos, familiares, conocidos,
allegados, vecinos y compañeros de trabajo y todos andamos igual, de cabeza y
deseando que llegue octubre para que los horarios sean los definitivos (sobre
todo los que tenemos los hijos con jornada partida de mañana y tarde) y hallan
comenzado las actividades deportivas y pasada los reuniones de principio de
curso. Y en junio por el contrario sean vacaciones de verano y todos en casa.
En un momento en donde las empresas y a los
políticos se les llena la boca hablando de conciliación familiar e igualdad, es
imposible que un trabajador se puede organizar mínimamente sin ayuda o bien de
los abuelos o tíos sin obligaciones familiares o incluso de los vecinos o bien
con una ayuda extra familiar contratada para superar estos días. O cogerse días
de vacaciones, porque esto no tiene permiso, ni derecho a horarios más
flexibles.
Son muchos los colegios que comienzan sólo en horario
de mañana y que cuando llega el 01 de octubre pasan al completo, pero esto se
hace así. Como este año lunes solo de mañana y martes completo, miércoles (como
es miércoles sólo de mañana) y el resto de la semana ya mañana y tarde. Los
hijos locos porque no saben cómo tienen que ir y además les cambian el horario
de las asignaturas y los días de gimnasia. En esta vorágine sé de algún padre
que ha olvidado tener que ir a recoger a su hijo o lo ha “perdido” en la parada
del autobús. Tan difícil es retrasar una semana o algo más el comienzo de curso
pero empezar ya de mañana y tarde y sin tanto jaleo, por lo menos empezar los
distintos horarios por semanas completas. Por cierto que en estos casos la
reunión para conocer al nuevo tutor y los cambios de profesores se posponen a
cuando comienzan las clases por la tarde, con lo que tu hijo lleva un mes con
un profesor que muchas veces no conoces. Y de manera que si tienes varios hijos
te pegas una semana entera llegando a casa a las 20:30 como muy pronto y habiendo
recibida la charla del director o jefe de estudios varias veces.
Mención aparte los que tienen hijos en infantil y
deben realizar el mal llamado período de adaptación escolar, puede que a los
progenitores primerizos en su bisoñez o incluso ñoñez les parezca lo más acertado
del mundo, sobre a todo alentados por psicólogos y pedagogos. Pero la verdad, y
lo tengo hablado con muchos amigos profesionales de la educación en todas sus vertientes
(púbica/concertada y lingüística) ese período es para el profesor. Actualmente
se dan numerosos casos de niños que con tres años realizan un período de
adaptación escolar, cuando desde los seis meses llevan entre 8 y 12 horas diarias
en guardería y son auténticos “Rambos” en la supervivencia escolar, con más
mili que sus padres y el palo la bandera. En general, y lo pude comprobar con
mis cuatro hijos, se adaptan al momento o a los cinco minutos de estar con el
maestro y los compañeros. Son casos excepcionales los que tienen problemas y
por tanto es en esos en los que hay que incidir. Muchos de nosotros no hemos
sufrido períodos de adaptación y aquí estamos, sin traumas, además tampoco
tenemos adaptaciones al volver de vacaciones o de una baja laboral. Sin embargo
hoy en día es lastimoso el espectáculo que se produce a veces (bastantes)
cuando estos infantes casi preadolescentes deben ir a la semana blanca, verde o
azul o algún campamento y no quieren separarse de sus familias a pesar de lo
bien que se lo van a pesar. Como decía aquel ministro: Manda “güevos”.
Y ya para remate sobre la conciliación familiar, lo
que les paso a mis sobrinos en un puente foral en donde a pesar de ir al mismo
centro educativo iban a distinto ciclo (Primaria/ESO) unos tenían clase unos
días y los otros los otros de manera que mi hermana y mi cuñado tuvieron que
cogerse días de vacaciones no para hacer puente sino para organizarse en casa.
Esto es la conciliación y la adaptación que sufren las familias tanto a
principio como al final de curso y con los posibles puentes o días de carnaval.
Por favor piensen más en las familias y menos en ustedes señores profesores,
políticos y directivos de RRHH.
Nota: Publicado en Diario de Navarra con el título "Los colegios y la imposible conciliación familiar" el 02-10-2013.
Tienes toda la razón en el artículo que escribes. La racionalización de horarios y que se acomoden (tanto los laborales con los educativos como al contrario) es el primer paso para lograr una verdadera conciliación. Ya se esta trabajando en ello: posibilidades de implantación del horario europeo, flexibilidad laboral, ayudas para paliar los gastos que conlleva la no coincidencia de los horarios escolares con los laborales, etc...
Desde el área de Familia del GN, como área transversal que debe estar presente en toda la actividad del Gobierno estamos trabajando en ello, y cualquier sugerencia será bienvenida.
Enhorabuena por la publicación¡
Enviadodesde LinkedIn para iPad
TN
Mi más cordial enhorabuena por el artículo sobre el período de adaptación... no se puede describir mejor.
Enviado desde LinkedIn
IT
Eh!
con este señor quiero estar. Buenos días, ya te he visto, leído, de par
de mañana. Tienes más razón que un santo. Ahora vengo de dejar al
nieto.
GC (vecina del barrio)
Enhorabuena por la publicación¡
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Mi más cordial enhorabuena por el artículo sobre el período de adaptación... no se puede describir mejor.
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con este señor quiero estar. Buenos días, ya te he visto, leído, de par
de mañana. Tienes más razón que un santo. Ahora vengo de dejar al
nieto.
GC (vecina del barrio)
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