lunes, 25 de mayo de 2015

El día D, después



Tras la expectante noche del escrutinio electoral, por fin llega el día de después. O lo debiéramos llamar el día de la victoria. Pues todos (los partidos, y los políticos) siempre ganan; incluso alguno se acuerda a declarar que el pueblo ha ganado, que es soberano y ha decidido, una solemne obviedad y majadería.

Los políticos son los herederos de los antiguos augures romanos, e interpretan o reinterpretan los resultados y sus frases como tales. Los oráculos en este día siempre hablan de victoria, lástima de “Bocca della Verità”, pues nadie pierde su mano al mentir cuan bellaco.

Los hay que ganan porque han sacado mayoría, pero insuficiente para lograr gobernar, siendo una victoria amarga e incluso pírrica. Los hay que ganan porque en el cuadre de la moderna matemática electoral (que muy posiblemente sea nueva asignatura en la siguiente reforma, enésima, de nuestro sistema educativo) sumando en un extraño “Tetris” logran la mayoría aritmética de la mitad más uno suficiente para gobernar. Unos y otros apelan a la voluntad del electorado para apoderarse del sillón de hierro cuan real juego de tronos y sorprendente canción de hielo y fuego, en donde en cada nuevo capítulo o elección sucumbe un Stark, un Lannister u otro miembro de otra casa, en nuestro caso partido político.

Otros apelan al aumento porcentual de votos o al número total de los mismos, con tal de encontrar un cabo al cual agarrarse y así librase del linchamiento mediático y conseguir unos momentos de respiro para preparar una contra-respuesta y seguir en el alambre. Todo con tal de no conjugar en primera persona el verbo que conjugan, tan bien,  en segunda y tercera persona y que es el de dimitir. Palabra tabú en nuestro país, nación, estado o reino de taifas, aquí que el lector se acoja a lo que le guste más.

Es curioso que en este ejercicio se lleguen a buscar comparaciones con procesos electorales anteriores para intentar vender una mejoría o incluso a verlo en clave nacional cuando son elecciones locales y autonómicas. Siendo entonces la fuerza nacional que más concejales ha sacado, o que hemos aumentado nuestra presencia en tropecientos municipios, o que…, o que ….E incluso quien lo proyecta con vehemencia para las siguientes convocatorias o comicios buscando marcar corriente de opinión. Tendencias inexistentes, futuribles que muy probablemente nunca llegarán, pero que provocan una huida hacia delante, sin retorno. En busca del voto perdido.

Toca reunir ejecutivas, hacer “política”, intercambiar cromos, y en el peor de los casos nombrar gestoras, pero estando presentes para salir en la foto. Sin embargo nunca lamentar, pedir disculpas y marcharse.

Algunos por clamar en el desierto, seremos señalados y las Salomes de turno pedirán nuestras cabezas, cuan Juan Bautista. Mientras los Herodes de oficio seguirán apoltronados en su corte, los sumos sacerdotes pedirán la intervención de Poncio Pilatos, el cual se lavará las manos, pues no merece la pena pringarse por nada. Como dice José Mota “ir pa´ na´, mejor no ir”, “Las gallinas que entran por las que salen”. Y el pueblo, como siempre pedirá la libertad de Barrabas. Y todo seguirá igual.

Pero algunos seguiremos como el difunto y recordado Paco Umbral, queriendo hablar de nuestro libro. Y pensando que la tercera vía es posible, y la regeneración (social, institucional, política, económica, financiera, educativa, sanitaria, de valores, …) más que nunca necesaria. Pero con estos juncos es muy difícil, casi imposible, hacer un buen cesto.

Y como todo está escrito, alguien adaptará por enésima vez a Ricardo III, que suspirará en medio del caos producido por él: “¡Un voto!. Mi escaño por un voto!!!. 

Nota: Publicado en el Diario de Navarra en la sección de Cartas de los Lectores el 26-05-2016 con el título "Lo que sigue al día D".


martes, 12 de mayo de 2015

La “volata” electoral



¡Ya! ¡Por fin ya ha comenzado la campaña! Suspiran los que anhelan el cambio y sin embargo otros muchos piensan ¡ya falta menos para que acabe!. Cansados más bien hastiados de los políticos. La verdad es que ha comenzado un largo sprint final en donde vamos a ver muchos codazos y bandazos por situar los equipos a sus líderes en la mejor posición para cruzar la meta los primeros. Pero este año la “fotofinish” va a ser necesaria y al parecer inevitable protagonista, salvo que la “sondeocracia” que cotiza al alza en la City nos alcance con su rebote y nos sorprenda como a los habitantes de la pérfida Albión.

Los votantes ya sabemos que esperar de los llamados partidos tradicionales o de la “casta” según nomenclaturas. Conocemos los manejos de sus “barones” y de su capacidad de transformación, cambiando de caras para seguir como casi siempre, con él y tu más, contigo no me hablo y vosotros sois unos ladrones. Demostrando que no saben hacer su trabajo como en el caso de Andalucía y la disparidad de criterios entre el Estatuto y el Reglamento Interno del parlamento a lo hora de decidir cómo actuar ante la incapacidad de formar gobierno.

Por otro lado estamos expectantes ante los nuevos partidos, llamados de la cara (por conocer solo a sus líderes), emergentes o de aluvión. Hay que reconocerles su fuerza y el aire fresco que en un principio han traído. Sin embargo a muchos nos preocupa que sean más de lo mismo.

En este interés por ser los campeones de la “volata” estamos observando que con tal de colocar a su líder en cabeza, van dando bandazos de un lado para otro, igual les da ir de izquierda a derecha o viceversa.  En todo este trajín ya ha habido algún descolgado. Y como lo cortés no quita lo valiente, si hace unos días criticaba al sr. Monedero, hoy es el día que me descubro ante su honradez al dejar los cargos y criticar los vaivenes de su partido, algo a lo que no estamos acostumbrados por estas latitudes, en donde confundimos la lealtad con ser palmero y turiferario y creemos que no es compatible con la lucidez de la crítica.

Pero algunos corren el peligro de provocar una caída masiva a pocos metros de la ansiada meta. Y hacen declaraciones alambicadas dignas de un augur de la vieja Roma. Y donde dije digo ahora digo recoger lo mejor de los Fueros para renovarlos.

Me preocupa el afán por presumir de códigos de conducta. Los cuales se saltan admitiendo en sus filas a tránsfugas, reciente caso en el Parlamento Europeo. También me han contado el caso de quien con su mano derecha firmaba dicho compromiso y con la izquierda pedía la palabra para pedir el voto a sus compañeros, diciendo lo contrario de lo que acaba de firmar. Están apareciendo casos en distintas comunidades autónomas de personas que habiéndose presentado por un partido se han cambiado a caballo ganador a otro pese a esos códigos. O de dirigentes que hablan de paracaidismo y mochilas y parecen no saber lo que hay en su casa. Sin olvidar los casos de denuncias al Observatorio contra la corrupción.

Además en estas elecciones se puede dar lo que denominó “la paradoja del conocimiento del candidato”. Me explico al ser elecciones locales y sobre todo en comunidades pequeñas como la nuestra (600.000 habitantes) y ayuntamientos; en donde, como me decía un conocido, la teoría de los seis saltos se reduce a la mitad o menos y todos nos conocemos personalmente o por un primer contacto común. Es fácil que ocurra que alguien decida no votar a unas siglas, aunque sean las que más le convenzan, por el hecho de conocer al candidato y por tanto opte por otras próximas cuyo candidato le dé mayor fiabilidad y le merezca mayor respeto personal y/o profesional.

También se dé “la paradoja del voto dispar” que un votante vote a un partido diferente para el ayuntamiento y el parlamento autonómico en función del conocimiento personal de los candidatos o de lo que se puede llamar “fondo de armario”. Es decir que en las listas vaya un equipo solvente y no una cuadrilla de amigos y/o familiares que se repiten en ambas planchas (ayuntamiento de la capital y parlamento) pero en distinto orden. Y en donde parece que lo que prima es el llegar a un cargo.

Lo dicho este final de etapa y “Giro” se le puede atragantar a más de uno, e incluso lesionar para la siguiente prueba de otoño, la Vuelta a España, perdón las elecciones generales. En que estaré pensando si las bicicletas son para el verano.


Nota: Publicado en el Diario de Navarra con el título "Los códigos de conducta y su presunción".