A Rostra

El Foro Romano (en latín, Forum Romanum, aunque sus habitantes se referían a él como Forum Magnum ó simplemente Forum) era la zona central en torno a la que se desarrolló la ciudad, siendo el eje de la vida política, religiosa, social, económica, y administrativa de la antigua Roma.

El foro ocupa un valle entre las colinas del Capitolio y del Palatino, a través del cual discurría un arroyo del río Tíber, el Velabro. Era un lugar inhóspito por lo que entre los siglos X y IX a.C. se utilizó como lugar de enterramientos, siendo abandonada esta actividad en el siglo VIII a.C. dando paso a una concentración de aldeas que serán el núcleo fundacional de la gran urbe. Para ello hubo que canalizar el arroyo y drenar la zona pantanosa, mediante la construcción de la Cloaca Máxima, obra de ingeniería que la tradición atribuye a Tarquinio Prisco, el primer rey de la dinastía etrusca que estuvo al frente de Roma, en torno al año 600 a.C.

A partir de este momento esta zona se convertirá en el centro de la vida cívica y comienzan a construirse progresivamente edificios relacionados con las actividades políticas, religiosas y de mercado, pero también se erigen estatuas honoríficas y otros monumentos conmemorativos, símbolos de las grandes hazañas militares y políticas de la historia romana y que convirtieron al Foro en la plaza referente por excelencia de la vida romana. 

Actualmente es famoso por sus restos, que muestran elocuentemente el uso de los espacios urbanos durante el Imperio Romano. Una de estas construcciones es la Rostra.

Rostra es el plural de la palabra latina rostrum, -i, que literalmente significa “lo que sirve para roer”, refiriéndose casi siempre a los picos, boca o cara de los animales. Por extensión se llamó a todo objeto con forma de pico (reja de un arado, pico de una lámpara, cabeza de un martillo,…). En su acepción náutica el rostrum era el espolón de bronce que reforzaba la proa de los navíos de guerra (trirremes), un pico cuya finalidad era embestir y hundir a las naves enemigas. En la lengua castellana del siglo XVI la palabra latina rostrum dio origen a la palabra rostro.

En el año 338 a.C. (época de la República) el cónsul Cayo Menio se vio envuelto en una batalla contra la flota de los volscos en el puerto de Antium, donde obtuvo una gran y definitiva victoria. El cónsul ordenó arrancar los rostra (espolones) de los barcos enemigos para trasladarlos a Roma y colocarlos en el muro de la tribuna de oradores del Foro, ante la que se reunían los comitia o asambleas romanas. Desde entonces esta tribuna fue conocida como rostra. En origen esta tribuna se debía encontrar entre el foro de época republicana y el comitium, que entonces se encontraban diferenciados, por lo que los oradores podían ser escuchados de una y otra parte.

En 44 a.C. Julio Caesar la trasladó a su ubicación definitiva en el foro. Junto a la tribuna se encontraban el miliarium aureum erigido por Octavio Augusto, que era el punto de partida de todas las calzadas romanas, y el umbilicus urbis, pequeño templo considerado como “ombligo” de la ciudad, centro del Imperio, y el lugar en que se encontraban el mundo y el submundo. Fue edificado en el siglo II a.C., y se ofrecían sacrificios a los dioses del inframundo. Los restos que aún hoy se pueden contemplar proceden de la época de Septimio Severo. Según la leyenda, el Umbilicus fue construido por el propio Rómulo con ayuda de los etruscos.

En el otro extremo del foro y formando parte del podio del templo de César se encontraba una segunda tribuna, los rostra divi Iuli, decorados con espolones de los barcos egipcios apresados en la batalla de Actium (Accio) 31 a.C. entre las flotas de Octavio Augusto, dirigida por Agripa, y la de Marco Antonio. Una tercera tribuna se piensa que estaba emplazada frente al templode Cástor, ya que las fuentes hablan de los Rostra tría.

Para los romanos la elocuencia era “el arte de hablar bien” y adquirió una enorme importancia. Era el mejor medio para comunicarse con sus conciudadanos buscando siempre la manera idónea de explicar las ideas, convencerles y/o conmover sus espíritus en todo lo referente a la vida social; varios eran los lugares adecuados para el uso de la palabra: la curia y la basílica, eran edificios situados en el foro, el centro de la ciudad y de la vida pública romana, pero se requería ser senador o magistrado para tener acceso a ellos; sin embargo, los rostra eran una tribuna abierta a todo el que quisiera replicar a las leyes que se debatían o, simplemente, un espacio libre desde el que dirigirse y hablar a los vecinos.

Por ello, para este blog, he elegido el nombre de “A Rostra” (desde una tribuna libre), que pretende ser un lugar, un espacio público destinado a la palabra, y, mediante el uso de la misma, como hacían los romanos, explicar las ideas, escribiendo sobre las inquietudes que afectan a nuestra sociedad, comunidad, y mostrándolas a los otros, a todos.

Locuciones o expresiones derivadas de este vocablo:
  • In rostra ascendere, subir a la tribuna.
  • Aliquem pro rostris laudare, elogiar públicamente a uno.
  • Rostra movere, agitar al pueblo desde la tribuna de la asamblea popular o desde la del foro.