viernes, 30 de octubre de 2015

La carne es débil


Es curioso pero nadie lo quiere, me refiero al matadero. Gracias al acceso de la carne, como aporte de proteína en la dieta, nuestros antepasados del género Homo pudieron desarrollar el cerebro hasta ser lo que hoy somos.

A pesar de lo que diga la OMS, que últimamente ha adquirido la mala costumbre de alarmarnos con titulares sensacionalistas, la carne es muy necesaria en nuestra alimentación, obviamente en su justa medida, cualquier exceso es perjudicial. Llama la atención la ausencia de titulares indicando que el trabajo por turnos es tan dañino como el tabaco y sí lo sea el consumo de carne.

Sin embargo es curioso que en una sociedad, como la nuestra con el culto al chuletón, que enseguida se indigna por estos titulares, y que se queja del precio de la carne, y de la falta de trabajo nos opongamos a la instalación de una moderna industria. Parece que el lema turístico de “Reyno de diversidad” lo debiéramos sustituir por “Reyno de las Plataformas Anti Todo”. Que será mejor llevar nuestro ganado a ser sacrificado a otras autonomías, con aumento de costes y pérdida de beneficios y puestos de trabajo.

Hoy en día los viejos y lúgubres mataderos de origen municipal, que sólo sirven para rodar películas de terror y recordarnos nuestra historia reciente, son modernas industrias, (ahora por aquello del lenguaje se llaman centros de procesamientos de canales), luminosas, con mucha tecnología, que alcanzan unas productividades que para sí quisieran otras industrias. Y también ciencia pues de un buen ejemplar mal procesado se obtiene un mal filete y de un ejemplar regular bien manejado se puede conseguir un filete aceptable. Por desgracia la carne es un producto “commodity”, con un bajo nivel de diferenciación y un margen de ganancia escaso. En un mundo tremendamente marquista, saben ustedes qué marca de carne consumen. Por ello es fundamental que para no incrementar sus costes los mataderos deban estar cerca de las granjas y de los núcleos de población.

Tenemos la suerte de que por costumbre (dieta mediterránea) y creencia religiosa no limitante con los productos de origen cárnico podemos comer proteína animal de muy diverso origen vacuno, porcino, ovino, equino, cunícola y avícola (pavo, pollo, codorniz, pato,…) fresca y procesada con embutidos no solo cocidos y ahumados sino también curados, que son más sanos.

Además en Navarra, somos pioneros en intentar potenciar e innovar el sector con carnes propias Ternera de Navarra, Cordero de Navarra, Potro de Origen, y muchos no lo saben pero aquí se certificó la segunda carne de pollo de España en 2002, tuve la suerte de coordinar el proyecto logrando que granjeros, fábrica de piensos, matadero y sala de despiece trabajasen en una misma dirección. Y para rematar tenemos embutidos con el nombre de nuestra tierra Chistorra de Navarra y Chorizo de Pamplona. Sin olvidar el relleno y la birica propios de estos lares.

                                                                     La tirade Oroz
Pese a ello la carne es débil. Es un sector atomizado sujeto a continuas crisis, al margen de las de la economía general, algunas son propias y endémicas y otras generadas e incluso magnificadas por los medios. Ahora que a nuestros políticos les gusta hablar de los modelos escandinavos, bien les vendría tomar bueno nota de ellos. Saben que Dinamarca pese a ser uno de los países más pequeños de Europa es el que más cerdos procesa y uno de los primeros en carne de pollo. Y en Noruega gracias a sistemas de economía social han conseguido cerrar el ciclo del productor al consumidor logrando que el valor se quede en quien lo produce y revierta en mejorar el sector. No como aquí en donde hay mayoristas e intermediarios que junto con la gran distribución son los que encarecen el producto y se llevan el beneficio, para ello no dudan en traer porcino de Hungría, cordero de Irlanda o pollo de Brasil y Tailandia. A en Alemania en donde hay una especie de FP superior/Universidad Laboral de donde salen buenos maestros carniceros que dada su excelente formación llegan a trabajar como técnicos en la industria cárnica.

Aquí por el contrario las empresas son pequeñas y medianas, con mano de obra sin cualificar, en donde los convenios generales parecen redactados por el enemigo como me decía un subordinado cuando trabajaba en el sector, con profusión de cooperativas de matarifes autónomos que trabajan a maquila, con poca visión exterior, y casi nulo espíritu de colaboración para verticalizar la cadena de valor y menos para aunar sinergias y abaratar costes transversales, etc,…Con un tamaño que si no dan el salto terminarán desapareciendo y el sector será manejado por los grandes grupos o los capitales de riesgo extranjeros.

Llama la atención que en Navarra con centros de investigación para los distintos sectores, EVENA para el eno-vitivinícola, Lactológico de Lecumberri para leches y derivados, CNTA que tuvo su origen en el conservero, INTIA que aglutina los antiguos ITG´s, no tengamos uno específico para el sector de la carne y sus transformados y derivados. En donde se de servicio, formación a sus trabajadores, se creen espacios de colaboración e impulsen proyectos de mejora del mismo, se defiendan nuestros productos y se puedan generar y apoyar iniciativas que puedan crear empleo estable y duradero.

Nota: Publicado en el Diario de Navarra el 31-10-2015.

Datos del consumo de carne

La alerta alimentaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto la lupa en el tipo de carne que consumimos, ya que considera que la carne procesada como cancerígena, y la carne roja como probablemente cancerígena. ¿Pero cuánta carne y de qué tipo comemos los navarros? Los datos del Ministerio de Alimentación, correspondientes al consumo en hogares durante 2014, arrojan que cada navarro ingiere al año un total de 54 kilos de carne, de los que el 60%, unos 32 kilos, son de carne roja o procesada.

La cifra supone tres kilos más que la media nacional -situada en 51 y revela una recuperación del consumo de carne en la Comunidad Foral, reducido de forma significativa desde el inicio de la crisis; en 2008, el consumo per cápita de carne de cada navarro era de 60,7 kilos, una cantidad que descendió hasta 50,43 kilos en 2010 y que ha ido aumentado hasta los 54 kilos actuales.
 

 

jueves, 15 de octubre de 2015

Y el partido avanza



Hace un año escribía sobre el partido de las civilizaciones (DN 02-10-2014) y comentaba que nada más empezar, ya íbamos perdiendo 0-3. A día de hoy el partido ha avanzado, y nos encontramos en la mitad del primer tiempo. Aparentemente Occidente tiene la posesión de la pelota pero en la práctica casi no pasamos del medio campo. Mucho tiki taka pero como piensa el Káiser Beckenbauer para nada sirve.

Nuestro trivote en la medular no termina de congeniar y ligar bien las jugadas. Por la derecha Obama, al que no comprendo porque le dieron el Nobel de la Paz, sabedor de que está jugando su último partido no quiere pifiarla y o bien salir lesionado o bien que le pase como a Zidane y vea tarjeta roja en su despedida. Esto le atenaza y comete fallos como el del bombardeo a un hospital de médicos sin fronteras. ¿Mejorará nuestro juego con su sustitución por un nuevo presidente en enero de 2017?

Por la izquierda el Oso Siberiano (Putin) hace su juego, me recuerda a Robben se interna busca la frontal y chuta, pero también tiene algo de Hagi, se acuerdan de aquel fenómeno rumano que se le olvidaba que jugaba en equipo. El problema es que sus disparos tan pronto derriban aviones holandeses sobre Ucrania, que destrozan a los pocos sirios que no han huido y son aliados nuestros, como caen en Irán (chiíes) para echarle una manita a su amigo el dictador sirio (suni).

Y en el centro tenemos a Merkel algo adelantada en su posición, jugando incómoda porque no termina de fiarse de los centrales (Hollande y Cameron) que están a su espalda. Pues tan pronto dan una de cal como de arena.

Para colmo el árbitro (la ONU) me recuerda a todos aquellos que nos pitaron en cuartos de final durante años y que ni veían el codazo en la nariz de Luis Enrique, señalaban fuera el pase de Joaquín o pitaban como válido el gol de Brasil a pesar de que el bote era medio metro fuera de la portería. Vamos una nulidad, que no vale ni para poner orden en una riña de patio de colegio.

Menos mal que nuestro portero para bien. Me refiero a las fuerzas de seguridad y policías europeas que han atajado sendas incursiones del contrario, a veces con ayuda de los ciudadanos, acuérdense del incidente del tren.

Pero el contrario es marrullero y ha logrado despistarnos cuando ha provocado una invasión en nuestro campo por parte de miles de refugiados sirios haciendo que estos parezcan mejores que los pobres subsaharianos que además de la guerra y la persecución religiosa, estos último huyen también del hambre y de las enfermedades como el ébola y la malaria. Claro que para estos estaban los laterales de España con sus vallas en Ceuta y Melilla e Italia con la isla Lampedusa. Cuando han visto el hueco de Turquía y la dejadez de Grecia han entrado por la otra banda, poniendo en entredicho los acuerdos de Schengen y sacándonos las vergüenzas.

El principal problema es que todavía no tenemos definida una estrategia y un estilo de juego. Y el contrario, al que me niego a llamarlo EI (Estado Islámico) es otro gol que nos han colado con la mano pues son una banda de terroristas fanáticos, lo tiene pero que muy claro. Su objetivo es lograr la instauración del califato y matar o subyugar a todos los infieles que puedan. Los infieles somos nosotros por si alguien tiene todavía alguna duda, aunque seamos agnósticos o ateos.

Un dato muy interesante es que la principal fuente de financiación de estos yihadistas, el 44% proviene de la confiscación, según otras fuentes hasta dos tercios, y sólo el 27% viene del petróleo. Esto es interesante porque nadie puede financiarse continuamente de la confiscación, ya que estrujado el confiscado al año siguiente ya nada tiene. Por otro lado es curioso que ese 44% coincida con el “gasto de guerra” de estos asesinos. Esto indica que la caja B no es algo excepcional de nuestros partidos (Filesa, Gurtel). Y la caja B de estos elementos tiene nombre y apellidos según el canal alemán Deutsche Welle, Arabia Saudí "es responsable de la ayuda financiera y moral que reciben los grupos insurgentes", señaló el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki. Como era de esperar EE.UU., su aliado más importante, rechazó las acusaciones.

Para Günter Meyer, director del Centro para la Investigación sobre el Mundo Árabe de la Universidad de Maguncia, resulta obvio quién financia a estos radicales. "La fuente más importante de financiación hasta la fecha proviene de los países del golfo Pérsico, sobre todo de Arabia Saudita, pero también de Catar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos".

Por lo tanto ya es hora de empezar a mover ficha al respecto o llegaremos al descanso con un marcador pero que muy adverso y la remontada tendrá que ser épica. Seguiremos informando a pie de cancha.

Nota: Desgraciadamente al mes de escribir esto se produjeron los atentados en París. Y se empezó a hablar de mayor cooperación en la lucha contra el terrorismo yihadista.

martes, 6 de octubre de 2015

La paradoja de la flexibilidad



Seguro que casi todos ustedes saben lo que es la paradoja del tiempo de Einstein, posiblemente no sepan explicarla matemáticamente pero si con palabras; con tan sólo contar la película El planeta de los simios-1968 o el reciente corto, no tan catastrófico pero igual de emotivo, de El regreso, reciente ganador de 2 premios Kino 2015 de FCOM en la Universidad de Navarra.

Hoy les voy a explicar la paradoja de la flexibilidad. La flexibilidad en principio no es mala, como todo lo que inventa el hombre depende de su uso, el cual si puede ser perjudicial, malvado e incluso éticamente malévolo. La flexibilidad es un daño colateral de la competitividad, y que cuan Hidra de Lerna posee múltiples cabezas, una es la flexibilidad geográfica, otra la funcional, otra la temporal que puede afectar a la jornada diaria o anual del trabajador, y luego está la cabeza más peligrosa la del ERE, que amenaza cual espada de Damocles a los trabajadores especialmente en época de crisis y ante la cual se acuerdan o pactan de buena fe las otras.

Hoy en día el sistema de producción ha pasado de trabajar contra almacén a hacerlo contra pedido, en parte porque los economistas sólo ven números y los stocks se reflejan en las cuentas de resultados y no son productivos. Por ello los ingenieros, que sólo ven procesos, han ideado el “just in time”, de forma que las piezas necesarias para fabricar algo llegan merced a una complicada logística a la factoría para producir el artículo que se necesita y que cuando sale por la línea ya está vendido o casi vendido y saliendo para el punto de venta. Para que este complejo sistema funcione se trabaja con previsiones. Estas son de tres tipos, la probable, la de la cara amable y la de la botella medio vacía. Normalmente en épocas de crisis y por aquello de curarnos en salud se opta por la visión más negativa para no pifiarla pero lo habitual es tener en cuenta también los históricos de los pedidos. A veces por diversas circunstancias o intereses el comité directivo o el responsable de tomar las decisiones prefiere no arriesgar y jugar con las cartas marcadas que los trabajadores en su buena fe le han dejado al firmar acuerdos de flexibilidad. Es cuando se produce la paradoja de la flexibilidad.

Este año hemos asistido a ella cuando una reconocida empresa de nuestra comunidad decía a sus empleados que no iba a tener producción para todo el año, entonces estos aceptaron la aplicación de la flexibilidad anual, por la cual a final de año deberían esos días no trabajados a la empresa.

Pero de repente los pedidos aumentaron y la dirección en vez de saturar la jornada anual decidió hacerlo sobresaturando la jornada diaria, así se apuntaba el tanto de emplear a personas en desempleo y ayudaba al gobierno (mejor gobiernos tanto saliente como entrante) a maquillar las cifras del paro. Todo ello a costa de un trabajo que no tenía asegurado para sus trabajadores.

Los pedidos siguieron aumentando y de repente se dio la paradoja que tras sobresaturar las flexibilidades diarias de dos turno y trabajar los días que, en principio, no se iban a trabajar, había que meter horas extras trabajando algunos sábados voluntarios, pese a deber jornadas.

Dándose la casualidad de que al final de año y tras realizar un “top five” (es decir que la producción anual de la fábrica va a ser unas de los cinco mejores de todo la vida de la misma) los obreros van a deber dos días de trabajo además de haber repartido/compartido en su momento el trabajo que no tenían para ellos y del cual todos sacaron beneficio, como hemos dicho, menos ellos; ni tan siquiera el reconocimiento de su altruismo.

Esto es lo que llamo la paradoja de la flexibilidad. La factoría produce como nunca y el trabajador debe días y además ha realizado horas extras (voluntarias, pero extras) e incluso una jornada de paro por accidente laboral. El hecho da para reflexionar. Por otro lado no cobraran el plus de producción pues les faltan menos de quinientas piezas para superar lo acordado y tampoco el plus de productividad pues no llegaran, también por poco al número de piezas por año y trabajador, algo ya habitual porque no tienen poder de decisión para lograr ese objetivo.

Sobre las horas extras lo preocupante es que muy pocos son conscientes de ello, los menos por sus circunstancias personales cada uno sabe lo que tiene en casa, la mayoría porque se han dejado seducir por el espejismo del color del dinero y/o lobotomizados por los sindicatos unos por estar congestionados, otros por confundir los números romanos pues no es lo mismo XIX que XXI y no han evolucionado en su visión sindical desde entonces, y otros porque lo que no huela a nacionalismo no les va.

Al final me comentaba un conocido que lo que le quedaba era ver como sus lamentaciones se las llevaba el rumor de las olas al igual que las maldiciones de Charlton Heston en El planeta delos simios. Seguimos igual que en aquel planeta de aquella lejana galaxia con la dictadura de la oligarquía gorilesca, imponiendo la ignorancia a los pocos simios pensantes y el resto de primates, incluido el Homo sapiens, como mano de obra que sólo piensa en su dosis de telebasura, comida rápida y derecho de satisfacer la entrepierna como diría Juan Manuel de Prada. Gira el mundo gira, y sólo unos pocos piden que presionen el botón de parada, me apeo en la próxima y usted?.