Nos
gusta presumir y sacar pecho de nuestro modelo de sociedad civilizada pero en
nuestra sociedad algo estamos haciendo mal, cuando, hace unos días, ante la
sede de un partido las desavenencias estratégicas se dirimieron entre gritos y
forcejeos. Dando un espectáculo bochornoso.
Algo
estamos haciendo muy mal, cuando en patio de un colegio se apalea a una niña,
nefasto si es por acoso escolar pero sin nombre si es porque la niña jugaba
mejor que sus agresores al futbol y les había ganado el partido del recreo. Un
caso poco claro hasta el momento y que pone en evidencia la falta de control en
algunos centros de enseñanza y el desinterés de algunos políticos y gestores.
Más preocupados por salvar el titular que por esclarecer y poner los medios
para evitar de una vez estos casos cada vez más habituales.
Algo
estamos haciendo requeté mal si unas parejas no pueden echarse unas copas sinser linchadas porque a unos energúmenos no les guste el trabajo y el uniforme
de sus novios. Esto es odio y xenofobia, aunque para algunos esto es un lance
típico y habitual en un bar, quizá debieran decirnos que garitos frecuentan
para saber a cuales no acudir y para que la autoridad competente evalúe nuevamente
esos locales para si es menester retirarles las licencias si son habituales las
“peleas tabernarias”.
Algo
estamos haciendo pero que rematadamente muy mal cuando unas personas no puedenacudir a la universidad a hablar en un acto. Por desgracia no es la primera vez
que este hecho ocurre en una universidad y además se viene repitiendo cada vez más
frecuentemente y con más virulencia. Ahora los “valientes” se esconden tras
caretas de cartón u ocultando sus rostros como forajidos.
Como
universitario, pues uno no deja o no debiera dejar de serlo nunca, estoy
indignado por la falta de respeto y educación. Todas las personas tienen claro
oscuros pero no por eso debemos impedir que se expresen y mucho menos intentar
agredirlas. Es en el debate de las ideas donde se ganan las batallas. Estoy
indignado por el desconocimiento de lo que la Universidad, con mayúsculas, ha
sido, es y representa o por lo menos debiera. Si estos “incontrolados” son la
generación mejor preparada, vaya nivel tenemos.
Como
contribuyente estoy indignado que con mis impuestos algunos impresentables
tengan la suerte y la oportunidad, que otros muchos jóvenes no tienen en el
mundo, para crecer no sólo como profesionales si no también como personas.
Aunque visto lo visto debieran volver al parvulario y devolvernos todo el
dinero malversado en su “formación”,
si estos son la generación mejor y más capacitada vamos apañados.
Pero
si un profesor universitario aplaude los motines, revindica el panfleto y defiende
la huelga como un fin (cuando en realidad es el último medio, al que nunca se
debiera recurrir), y para colmo pretende que los trabajadores convoquen una
huelga general para que defiendan sus intereses exclusivamente políticos y
partidistas, ya se puede presumir el nivel de sus alumnos.
Ya
sé que no son la mayoría los universitarios enajenados. Pero no vale la actitud
de Groucho Marx “¡Que paren el mundo que yo me bajo!”, tampoco la del avestruz
de callarse y esconder la cabeza. La historia nos enseña que se empiezan con
“chiquilladas” como les gusta llamarlas a algunos, luego se pasa a romper escaparates
y quemar libros, después se prende fuego al Reichstag (parlamento), se dicta
que los ciudadanos se pongan un anagrama con colores en las solapas de su
vestimenta para identificar su religión, etnia y credo político y de ahí a
construir gulags y campos de concentración va la pequeña decisión que un
mediocre con algún complejo “edípico” no resuelto toma en una décima de
segundo. Ya sabemos lo que viene a continuación, la solución final que algunos
ya pregonan que nunca ocurrió.
Hay
que tener mucho cuidado con aquellos que dicen "Necesitamos un relato y una memoria que dote de identidad a la gente
nueva que llega. Probablemente esta
sea nuestra lucha política más importante. Más importante que el trabajo que
hagamos en el Congreso de los Diputados". Esto traducido al lenguaje coloquial se
llama lavado de cerebro.
Hay
que defender y revindicar los espacios de debate intelectual, que algunos quieren tomar y deslegitimar, confundiendo a la mayoría silenciosa, con la
protesta callejera generalizada en cualquier sitio y ante cualquier situación.
Y haciendo creer que eso es la participación ciudadana.
Debemos
de aprender mucho, para llamarnos civilizados, para muestra el ejemplo de ese
chaval recién rescatado de una patera que comparte el chicle que le dan con la
persona que acaba de rescatarles y dárselo. Igualito que los mozos de Alsasua.
Nota: Publicado en el 24-10-2016 en Diario de Navarra con el título "Algo hacemos mal".
Estupendo artículo, enhorabuena!
MJF
Estupendo Jesús!! Aplausos.
Si alguien quiere controlar sin ser cuestionado, se esforzará en evitar que se desarrolle el espíritu crítico y la capacidad de debatir.
IR
Ok
JA
Totalmente de acuerdo, más claro imposible!!! Aplausos.
RO
Tiene usted toda la razón.
JMP
Completico!!!
AM
Magnífico. Me temo que el objetivo de muchos sea la producción de borregos cuyo único anhelo es seguir a un lider incuestionable. Creo que el maltrato a la educación tan tradicional en España tiene bastante relación con este propósito inconfesable.
MAB
Muy bien. Totalmente de acuerdo. Un apunte, el pilar en el que se sustetnea nuestra educación, es la familia. Algo estamos haciendo mal en la educación de nuestros hijos para que estos acontecimientos estén a la orden del día. Y desde luego el ejemplo que dan aquellos que nos representan, deja mucho que desear.
EZ
Aplausos!!!
IT
Muy buen artículo!
RYC
Estupendo artículo!!
RP
Acabo de leer tu artículo. Me ha gustado mucho!!
MB
Estupendo, la verdad es que el sistema educativo está siendo maltratado a todos los níveles.
LD
Muy bueno!!!
AC