Las
elecciones europeas son las más importantes de las que vamos a tener de aquí hasta
finales de 2015, ya que en la realidad el parlamento europeo es quien legisla
gran parte de las leyes que nos afectan y cada vez más. Por desgracia y debido
por una parte a los medios y por otra a los políticos los españoles estamos
saturados de unas “pre” y campañas interminables que hemos empezado en enero y
las acabaremos en noviembre de 2015, empalmando unas con otras en un sinfín de
mítines y alboroto continuo, que hace que los votantes pasen del asunto, hartos
de todo. A pesar de que en estas elecciones y debido a la circunscripción única
es más cierto el hecho de una persona un voto, y a que entre las más de treinta
candidaturas debiera haber alguna que nos encajase, al menos por color (para
gustos los colores) entre azules, tonalidades de rojos, verdes, magentas,
naranjas, negros e incluso grises etéreos de volutas de fumados cannabicos.
Pero:
-
el empeño de unos por hacernos sentirnos en un bipartidismo cuyos aspirantes a
eurodiputados dan vergüenza, porque en vez de hablar de la idea de Europa que
se quiere desarrollar, se centran en los problemas domésticos aliñados con
declaraciones machistas y centrados en el derecho al aborto de las mujeres como
si los hombres no tuvieran ninguna opinión al respecto y simplificando su
aportación al aporte de los espermatozoides para la fecundación tratándonos
como meros objetos de agitar, usar y tirar, hecho, también, bastante machista.
Además de la eterna canción de las herencias recibidas y sus múltiples casos de
corrupción y financiación irregular por parte de ambos: Filesa, Gurtel, Eres,
cajas de ahorro y lo que nos queda por ver.
-
el desconocimiento de la trayectoria y experiencias de los otros candidatos.
-
lo que unido a la falta de tiempo de estos en los medios.
-
la no participación de partidos de ámbito autonómico, centrados en su
ombligismo y faltos de visón global, o a su unión con otros en coaliciones un
tanto extrañas caso de Coalición Canaria con PNV y Convergencia.
-
y a la poca, por no decir nula, labor educativa e informativa de los actuales
eurodiputados españoles que casi nunca se han dignado explicar su trabajo y
hacer en las instituciones europeas en contraposición a sus elevados salarios y
privilegios.
El
problema se agrava si además constatamos que no hay una idea clara, o cuando menos
no se afronta el dialogo y debate, de que quiere ser Europa; convertida en una
especie de confederación de estados, pueblos o ciudadanos sin aclarar, con un
federalismo asimétrico en donde los mercados son los que deciden por encima de las
personas; aumentando las desigualdades y alimentando las diferencias entre sus
miembros, en donde hay estados que quieren imponer topes de movimiento de
ciudadanos a los nuevos socios que se supone son iguales, por lo menos a la
hora de pagar. Por no mencionar la falta de ideas claras frente a la inmigración,
dejando el marrón a los italianos en Lampedusa y a los españoles en Ceuta y
Melilla con sus vergonzantes vallas alambradas y zozobrar de embarcaciones. Y
la nefasta falta de criterio único y lo que es peor de bemoles en cuanto a
política exterior casos de Ucrania, Siria y conflictos africanos varios, cuando
Europa es la primera potencia mundial (ver artículo reciente de Manuel Campo
Vidal). Van a conseguir que se bata el record de pasotismo ante las urnas, en un
pueblo que por otro lado demanda mayor participación.
El
25 M está cerca y veremos queda de sí.
Nota: Publicado el 23-05-2014.
MA
Nuestro compañero
Retwitteado por Mikel Aramburu Z.