Nota:
Este
artículo es la segunda parte de uno que me salío muy largo y lo tuve
que desdoblar en dos. La primera parte se publicó el 9 de mayo "Pero ¿qué celebramos?", y gusto a muchos de mis lectores. La segunda parte (esta que tenéis ahora), mi idea era que se hubiera publicado durante el puente del 1 de mayo, como no lo fue pensaba darle una nueva vuelta para el año 2015. Pero la vida te da sorpresas.
En
cuanto al día del trabajo (1 de Mayo) no deja de ser un despropósito que en
este país celebremos el día del trabajo, teniendo casi seis millones de parados
con una tasa del 25% de desempleo. Además y para rematar la faena recientemente
leía el siguiente titular “La solución para salir de la crisis es la
inversión pública” parece que tras seis años de crisis todavía no nos hemos
enterado de lo qué ha pasado, porqué ha pasado y que esta solución es inviable
en la actualidad, en estos momentos, porque el estado no tiene dinero para
invertir porque ni siquiera lo tiene para pagar la deuda acumulada.
Nuestros líderes políticos, sindicales y
empresariales no dejan de hablar de innovación y emprendimiento, pero no hemos
avanzado mucho, porque el enfoque sigue siendo viejo. Recientemente leía en el
blog de una amiga que cuando uno se atasca con un problema lo mejor es alejarse
un poco de él y buscar otras perspectivas para enfocarlo de nuevo y encararlo.
Está claro que hay que generar empleo pero no
pueden ser solo empleos en servicios si no hay quien acuda a ellos o empleos
del tipo especulativo-financiero que como ya hemos comprobado estos no se
expanden infinitamente como el universo, los empleos deben ser productivos.
Pero a la vez cada vez queremos más competitividad la mayoría de las veces
basada en la productividad únicamente, con lo cual hay más máquinas que
producen más y mejor que las personas, lo que redundada en menos puestos de
trabajo a la vez que hay más personas que lo buscan.
Emprender puede ser una da las vías pero EMPRENDER
con mayúsculas no el autoempleo, fruto de la necesidad y la desesperación, y
para el cual todavía hay que superar una carrera de obstáculos legales a pesar
de oírse hablar de la ventanilla única que nadie sabe dónde coño está.
La otra el pensamiento innovador y lateral. Los empresarios
está claro que arriesgan su dinero para ganar más, pero ese más debe ser justo.
No puede ser que la crisis este produciendo que los ricos sean más ricos y que
cada vez haya más pobres en cantidad y en niveles de pobreza y estén
desapareciendo las clases medias que son las que verdaderamente sustentan el
sistema. Algo por otro lado muy peligroso social e históricamente. Un hecho curioso
que se está dando es el fenómeno de los llamados trabajadores pobres, es decir
personas con trabajo pero cuyo sueldo no les permite vivir.
Tanto trabajadores como empresarios como
administración deben buscar nuevas soluciones, de reparto de trabajo y jornada
laboral. Si nuestro abuelos llegaron a la regla delos tres tercios, visto el
panorama quizás debamos inventarnos la regla de los cuartos, con jornadas
laborales de seis horas, con otras seis para cuidados de mayores y niños, seis
de tiempo libre y seis de dormir (pudiendo dormir más restándolo del tiempo
libre). Para ello es necesario un salario digno que permita con seis horas
vivir, algo que ahora en España para mucha gente es imposible, incluso metiendo
“horas extras”.
Hablamos mucho de regeneración democrática pero los
sindicatos también precisan de una gran reconversión. Para empezar han de ser
independientes y eso implica para algunos (no quiero citar siglas) abandonar la
“teta” de las subvenciones y la participación en consejos de administración o
patronatos de fundaciones de dudosa eficacia, otros han de desligarse de
sumisiones a ideales políticos (algunos de dudosa constitucionalidad) pues para
eso están los partidos, y otros han de renovar sus métodos de negociación pues
se apoyan en ideas decimonónicas en donde el empresario era el famoso Mr Scrooge de “Un Cuento de Navidad” de Charles Dickens, aunque puede que quede alguno
así. Y desde luego todos deben defender a los “potenciales” trabajadores, no
únicamente a los trabajadores en activo y menos exclusivamente a sus afiliados.
Y limpiar sus organizaciones de personajes de dudosa ejemplaridad que abusan de
su posición para malversar, prevaricar y cometer cohecho y extorsión. También
debieran limitar los mandatos de sus “liberados”, no puede ser que los alarguen
en algunos casos en decenios hasta alcanzar la jubilación, convirtiéndose en
auténticos ejecutivos o como dicen ahora CEO (Chief Executive Officer) de organizar manifestaciones, dar ruedas
de prensa, acaparar portadas y con las mismas prerrogativas salariales que
estos y que tanto critican.
Por lo que queda mucho por hacer antes de celebrar
algo.
Nota: Publicado el 29-07-2014.
Al enviar un posible artículo el 28-07-2014. Recibí con sorpresa este correo:
Buenas noches
Jesús, casualmente he recuperado un artículo
retrasado, pero totalmente actual, y lo doy mañana.
Un saludo
LC
Ya te leí. Eres un creador de tendencias de opinión. Aunque aquí alguno no le gustará para nada lo que dices.
FP
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