Replicación de la figura del válido y resurgimiento del cortesanismo versión neoprogre
En
biología la teoría Dawkins del gen egoísta redefinió la teoría de la evolución
de Darwin, a su vez en Sociobiología Wilson afirma que los mismos instintos que
guiaban la conducta animal también subyacían en nuestros comportamientos y
cultura, surge el concepto de “meme”[1] o “gen social”.
En sendas
conversaciones con dos conocidos surge la misma idea ciudadanos versus
cortesanos y como la historia ha moldeado a ingleses, franceses y españoles. De
forma que los dos primeros se convirtieron en ciudadanos mientras que nosotros
nos anclamos en cortesanos.
Carlos I
criado en Flandes y que desconoce las costumbres y el idioma al llegar a España
se rodea de una corte de colaboradores de confianza, que le aconsejan. Felipe
II hereda un imperio y consolida el primer reino moderno creando una
administración desconocida hasta entonces. Gran parte de los administrativos de
la burocracia son universitarios de Alcalá y Salamanca y en menor cantidad de
la nobleza. Los llamados Austrias menores y su desapego por la gestión delegan
el gobierno en los válidos (Duque de Lerma con Felipe III y Conde Duque de
Olivares con Felipe IV) y con ellos la “burrocratización” y el cortesanismo
alcanzan su esplendor. Con el cambio de dinastía parece que España iba a entrar
en la Ilustración, pero Carlos IV declina el gobierno en su favorito Godoy ante
las camarillas y disputas cortesanas del conde Floridablanca y el de Aranda.
Con la llegada de Fernando VII retrocedimos medio siglo y caímos en el
absolutismo a partir de ahí la historia se nos puso cuesta arriba unas veces
por nuestra falta de visión unida a la ignorancia y otras por circunstancias truculentas,
asesinato de Prim, incomprensión con Amadeo I, restauración y muerte prematura
de Alfonso XII que nos abocan a un sistema ficticio de bipartidismo que nos
lleva a la corrupción fundamentada en el caciquismo y en el clientelismo
político. La II Republica lejos de ser la solución se convierte en un guirigay
en donde no se llegan a acuerdos y prima la revolución frente a las reformas
necesarias. Tras el desierto, de cuarenta años de la dictadura de un
oportunista, en donde el enchufismo fue la norma, cogemos el último vagón del
tren de la historia. Los gobiernos democráticos de Suarez, González y Aznar con
sus luces y sombras nos meten en Europa y convergemos en el euro.
Sin
embargo, una vez más nuestro gen social se expresa unido a la curva del
recorrido histórico mundial, el yihadismo nos golpea y Zapatero, otro personaje
con flor, nos retorna ochenta años atrás, a la casilla inicial en esta partida
de la Oca. Posteriormente, el estafermo Rajoy, registrador, espera y deja hacer,
corriendo el turno.
Y aquí
estamos con Sánchez, con dos elecciones en el macuto y más de 900 días de lo que
llaman gobernanza y todavía sin presupuestos.
Como
Sísifo, los españoles en una vuelta de tuerca repetimos la historia, las nuevas
generaciones de españolitos quieren ser youtubers e influencers,
o como mínimo funcionarios. Los talludicos, que son afortunados por tener un
puesto de trabajo, sueñan con la ansiada jubilación que cada vez se aleja más;
y los desafortunados esperan la nueva sopa boba de los subsidios y hacen colas
virtuales en las oficinas del SEPE. En donde “el vuelva usted mañana” de
Mariano José de Larra es el eslogan que torna a estar de moda.
En la
villa y corte triunfa el “neovalido”, Iván Redondo, hombre a la sombra de
Sánchez que hace y deshace a su antojo. Y que va camino de ser el nuevo gran
inquisidor tras el mostrador del ministerio 24 de este gobierno, el Ministerio
de la Verdad.
Los
nuevos cortesanos ahora ya no se reúnen en La Granja ni en los Jardines del
Moro, debajo del Palacio Real, tampoco van al Monte del Pardo, ni siquiera a la
Zarzuela. Ahora la corte es monclovita, la cifra de asesores ha pasado de los
128 de Rajoy, a los 777 de Pedro y Pablo, a los que hay que sumar los inexistentes
de Sanidad, y que a cuenta de los nuevos y esperados presupuestos se van a
repartir un montante de 44 millones. Además, la ley deja un resquicio en la
norma de nombramientos de Director General, que deben ser funcionario, pero permite
la excepción si no hay nadie apto para el puesto. Con el gobierno progresista
las excepciones, de momento, llegan a 26. Algunos sí que progresan. Haciendo
cierto el viejo dicho castellano con recomendación hasta en el infierno.
Ayuso en
Madrid tiene, por valido, a MAR, Miguel Ángel Rodríguez, quien fue ministro
portavoz con Aznar. Con el estado de las autonosuyas, los validos y cortesanos
se pueden multiplicar por 17, suma y sigue.
Ansío que
cuanto antes se produzca una mutación en nuestro gen social o que por favor nos
apliquen un CRISPR que nos cure de esta enfermedad congénita del valido y del
cortesanismo versión neoprogre, y nos recupere en ciudadanos maduros de un
estado del siglo XXI.
[1] Unidad
teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro,
o de una mente a otra, o de una generación a la siguiente.
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