martes, 20 de marzo de 2012

Investigación, ¿Quo vadis?

La semana pasada algunos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia de la carta abierta por la Ciencia en España (http://www.investigaciondigna.es/wordpress/firma). En el momento de escribir esta carta al director 24.557 personas se habían adherido a la misma.

Personalmente también la he firmado, aunque sólo sea por apoyar al colectivo en el que me inicie profesionalmente, posteriormente y viendo el percal y la situación de la investigación hace 20 años, decidí como se dice ahora, reinventarme. Aunque por deformación profesional (biólogo) prefiero la expresión de adaptarme, o mejor, sobrevivir, esta última más de actualidad. Aunque siempre he estado en los distintos puestos de trabajo y empresas relacionado con la sopa de letras de I+D+i, hasta la actual crisis, en donde la supervivencia me ha llevado a reciclarme en el sector del metal y contento.

Por lo que se ve y por desgracia, la situación de la ciencia y la investigación no ha cambiado mucho. Sigue el infructuoso debate entre la ciencia básica y aplicada, el cual ya había zanjado Louis Pasteur en siglo XIX con la frase “Las ciencias aplicadas no existen, sólo las aplicaciones de la ciencia.” Y por ende la dicotomía universidad-empresa cada una en su circulo vicioso.

Por otro lado últimamente viene imponiéndose la idea economicista de que la investigación tiene que dar frutos inmediatos. De manera que si una investigación no es rentable en un corto plazo esta se debe abandonar. Vamos que la ciencia es como la bolsa que al final del día se recogen los beneficios. Y sino a otra inversión. Nos olvidamos así de los esfuerzos de muchos investigadores que incluso llegaron a invertir sus vidas hasta lograr que los datos no dejaran lugar a las dudas.

Por último esto se agrava, aquí en España, en donde las transferencias a las autonomías han dado lugar a 17 planes estratégicos casi clónicos, Moderna o como se quieran llamar. Generando así un centro de investigaciones médicas en cada autonomía (CIMA en Navarra, CIBIR en La Rioja, Centro de Estudios Médicos en Valencia,…), lo mismo para las energías renovables, los circuitos de velocidad y su relación con la industria del motor, los centros de investigación de alimentos, etcétera. En definitiva misma dinámica que la de aeropuertos, universidades y facultades en todas las ciudades importantes de cada autonomía.

Y claro cuando llega el fin de mes, año o ejercicio y el presupuesto ha sido vilipendiado sin cabeza, sin unificar criterios generales y sin aunar sinergias, y por el contrario multiplicando gastos; aparece la cruda realidad de que el dinero no llega y hay que cerrar y despedir.

Aprovechando la coyuntura actual es momento de definir y consensuar, de una vez por todas y para todos, la política de investigación, sus directrices generales y planes de actuación y seguimiento, así como carreras profesionales y puestos estables para los investigadores y ayudantes. Que no pase como a los de mi generación, que el doctorado en el mejor de los casos les ha valido para asegurar plaza en las oposiciones de educación o para tener que comprar un cuadro menos en la decoración del hogar y/o ser un operario de cadena supercualificado e infrautilizado.

Jesús Bodegas Frías
Ex-becario del plan de Formación de Personal Investigador 1989-1991

Nota: Publicada por Diario de Navarra como Carta de los Lectores el 20-03-2012


Ya te seguimos y leemos
L y CB

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