jueves, 23 de octubre de 2014

Enemigo a las puertas

Ahora ya sabemos lo que los antiguos habitantes de Roma sintieron cuando Aníbal levantó el sitio y se fue hacia el sur. Por desgracia para África nuestro enemigo, el ébola, pronto dejará los titulares y volverá al ostracismo, hasta el siguiente brote, salvo para los voluntarios de ONG´s como Médicos Sin Fronteras, Cruz Roja y los misioneros (miembros de una Iglesia, siempre criticada) sin olvidar al ejército americano, apuntado a última hora, con sus extraños y posibles oscuros intereses.
Por tanto es el momento de reflexionar sobre lo acontecido para tomar las medidas correctoras y preventivas para el futuro y no caer en los mismos errores en posteriores y sucesivas veces. Este es el pilar de un buen sistema de gestión de la calidad y la mejora continua.
De todo lo acontecido estos días, destacar las sensatas declaraciones de Thomas Frieden: "el enemigo es un virus, el ébola; no una persona, un país o un hospital". La recuperación de Teresa (auxiliar de enfermería que no enfermera), la salida de cuarentena de los posibles afectados sin ningún síntoma; y reseñar la importancia de crear un equipo de crisis inmediatamente en cuanto surge y no pasar o evitar la patata caliente. Además de nombrar una figura de referencia, preferentemente un técnico, que sepa estar ante los medios y lidiar con ellos para transmitir los mensajes de manera precisa, concisa, clara, serena y sin dudas, que eviten la alarma social.
Por el contrario ha sido lamentable y deplorable la cantidad de información vertida, a veces contradictoria, que lo único que hizo fue aumentar la psicosis general. Además de la constatación, una vez más, que nuestros representantes, igual da el color político y su nivel en la administración (nacional, autonómica, local), tienen un grave problema a la hora de afrontar las crisis, ya sean sanitarias (Colza, SIDA, síndrome respiratorio agudo y grave,…), alimentarias (vacas locas, dioxinas, gripe aviar, pepinos – ésta en Alemania, pues en todos los sitios cuecen habas- …), accidentales (Prestige, Yakovlev,…) y terroristas (14 M, ejecuciones en internet, avance del islamismo radical, …).
Destacar también lo vergonzante hasta el sonrojo el hecho de que el sacrificio de un perro movilizará a tantas personas, cuando diariamente miles de nuestros congéneres se mueren por falta de agua corriente, por enfermedades que tienen una fácil cura como el sarampión y la malaria o por falta de alimentos cuando aquí somos capaces de cuantificar hasta cuantodesperdicia un restaurante. Sin olvidar las penurias que muchos de nuestros conciudadanos están pasando por esta crisis de”uves dobles WW” que continuamente repunta para recaer. Además fuera cual fuese la decisión sobre Excalibur habría sido ampliamente criticada.
Por último nadie pone en duda la disponibilidad y voluntariedad de Teresa a la hora de realizar su trabajo pero de ahí a darle la medalla del mérito al trabajo, va un trecho. Porque de entrada, y tal y como están las informaciones nunca lo sabremos, no podemos precisar si su contagio, al igual que los sufridos en EEUU, son fruto de la negligencia, la ignorancia, la falta de formación o lo peor que todavía no tenemos ni “repagolera” idea de la capacidad de adaptación de este virus y desconocemos mucho de él a juzgar por los datos, es capaz de infectar por un leve roce de un guante y sin embargo personas que han convivido con los infectados no muestran ningún síntoma tanto aquí como en Norteamérica como en África.
Algo se nos está escapando y necesitamos que los virólogos (biólogos especializados en virus y priones) tengan financiación para el estudio de este conocido de hace 40 años, pero que al igual que los cartagineses vive en la otra orilla del Mare Nostrum y por tanto no le hemos prestado atención (a excepción de los héroes –que es lo que son- mencionados en el primer párrafo) hasta que lo hemos tenido sitiando nuestras puertas.
Pero mañana se nos habrá olvidado la imagen de Aníbal sobre los lomos de Sirius, su elefante, paseándose alrededor de nuestras murallas y pasaremos, como me dijo un conocido de la crisis del Ebola a la crisis del “Debola”, ¡sí hombre!, debo la casa, debo la luz, el gas,….
Y así de crisis en crisis, y tiro porque me toca, hasta el desastre total.
Nota: Publicado en el Diario de Navarra el 20-11-2014.

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