En estos días previos al que iba ser el último cambio horario,
una vez más el parlamento europeo pospone una decisión, los hados o el azar nos
han regalado la famosa alineación planetaria de la que hablaba la joven
ministra Leire Pajín, aquella que se levantaba al mes, y sin despeinarse, el
sueldo que sus quintos ganaban a duras penas al año y sudando la camiseta.
Este suceso cósmico nos sirve para demostrar empíricamente que
Zapatero era, como decíamos algunos, el peor presidente de la democracia en
España hasta la fecha. Su legado es la prueba de esta afirmación. Aunque
también se cumple el refrán que “nuevos vendrán y mejor te harán”.
El primer hito de esta conjunción es el espectáculo de Cataluña
ardiendo y los espectadores pegados al televisor cuan Nerón en Roma. El fuego
tiene su atracción mientras no te queme. Pero todo esto no hubiera sucedido si
el entonces presidente Zapatero no hubiera aprobado las modificaciones (Cataluña como
nación y la realidad nacional de Cataluña) del Estatuto (30-03-2006) y
el Tribunal Constitucional no hubiera procrastinado (posponer
sine die una acción que es necesaria) su decisión hasta 2010
(28-06-2010). De aquellos polvos estos lodos, y ahora nos encontramos con una
comunidad enfrentada, con familias divididas y que no se hablan y con una
imagen internacional que nada favorece los intereses económicos de todos, ante
un frenazo económico global, con una guerra de aranceles entre Trump y Xi
Jinping y un Brexit interminable.
El segundo ha sido la exhumación de Franco, con su revival del
NODO, y con unas formas que como dice Pedro Charro, a las antifranquistas de
los de entones, no ha contentado. La exhumación del dictador repara un
anacronismo y anomalía democrática, pero quedan algunas más, como la del nefasto
Queipo de Llano. Aunque las exhumaciones son muy taquilleras entre el público,
especialmente si se les puede sacar rédito político, como parece que es ésta
por la cercanía a la campaña y como único hito de “cumpli-miento” de un
inexistente programa de Gobierno; a algunos nos hubiera gustado que viniera
acompañada de una recuperación de los bienes indebidamente apropiados por el
dictador, según el hispanista Paul Preston son unos 400 millones de euros,
muchos de ellos son “regalos” que recibió como Jefe de Estado, aunque
ilegítimo, y que por tanto son de España.
Pero el problema está en la ley de Memoria Histórica, lejos de
reparar heridas y buscar la reparación y reconciliación, lo que ha hecho en
muchos casos es abrirlas, hurgar en ellas, y reescribir la historia
parcialmente y con una visión partidista.
Hay una gran carencia de ecuanimidad (imparcialidad y falta de
pasión) y demasiada equidistancia, por lo que pueda salpicar. Se ha caído en en
el maniqueísmo y la simplificación cuando en ambos lados había muchos matices
véase, rojos (legítimos defensores de la República, socialistas, comunistas,
anarquistas, liberales y republicanos de centro derecha) y azules (sublevados,
golpistas, nacionales, monárquicos, falangistas, carlistas y requetes, republicanos
de derechas que no estaban de acuerdo hacia donde iba la misma y oligarcas que
no querían perder poder y control y que financiaron el golpe) y no nos
olvidemos de los atrapados en el tiempo y el espacio. Así como muchos,
demasiados, avispados que en ambos bandos quisieron medrar y rebañar en plato
ajeno. Hay que reparar a las víctimas, a todas, por ello también hay que
denunciar, aunque sean de los nuestros, las acciones deshonestas, las chekas y
los paseillos, Badajoz y Paracuellos. También que la paz no fue tal, como bien
escribió Fernán Gómez en el final de “Las bicicletas son para el verano”, sino
una victoria, que trajo el maquis, los topos, los estraperlistas, los nuevos
falangistas, los represaliados y los “reeducados”.
Otro hito es la nefasta gestión económica, Zapatero negó y
ocultó en plena campaña electoral de 2008 la venida de una crisis, ahora
Sánchez, doctor en Economía, quita hierro al frenazo económico y prefiere los eufemísticos vocablos políticamente correctos como
desaceleración económica. Mientras desde Bruselas advierten al Gobierno de que
el plan presupuestario puede incumplir las reglas fiscales europeas y son
necesarios más ingresos o menos gastos y piden un presupuesto “actualizado”, el
cual no pudo aprobar y nos llevó a unas elecciones y, ahora a su repetición.
Un último punto en el triste y penoso legado de Zapatero afecta
a sus siglas, y es que, parafraseando al histórico dirigente socialista,
Alfonso Guerra, al PSOE no lo conoce ni la madre que lo parió.
Hoy el PSOE ya no sabe lo que es, desde la socialdemocracia de
González, y tras el “socialismo” de la ceja de Zapatero, ha llegado el PSOE del
Sanchismo; con P de progresía vacua, de pose y postureo, S de subvención y
subsidio, O de obediencia ciega al líder y de ofuscación (pérdida pasajera del entendimiento y de la capacidad de
razonar o de darse cuenta con claridad de las cosas) y E de enchufismo y
“cuñadismo”. Muchos votantes están huérfanos, sin siglas que los identifiquen y
amparen.
Nota: Publicado el 04-11-2019 en el blog del Suscriptor de El Español, el 06-11-2019 en navarrainformación.es y el 08-11-2019 en Diario de Navarra.
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