Algunos
gurús, en la anterior crisis financiero-económica, nos sugerían que la palabra
crisis en chino significaba oportunidad. Curiosamente esta nueva crisis,
esta vez inicialmente sanitaria, la económica está por llegar, nos ha venido
de China. Su origen apunta a una mala praxis alimentaría unido a unas
ancestrales costumbres poco higiénicas de hacerlo. Aunque inmersos en la lucha
por la hegemonía mundial estadounidenses y chinos se echan mutuamente la culpa
del origen y tardaremos en clarificarlo, pues ahora toca superar el momento. Lo
que si vemos es que entre unos y otros no hay alternativa buena, pues son las
dos caras del sistema capitalista llevadas a los límites. De un lado China con
su pseudodictadura del proletariado que lo que hace es oprimirlo
ideológicamente, coartando sus libertades individuales en aras a un bien común,
que únicamente satisface a las elites del partido único, cuan Sanedrín de
fariseos y sobreexplotarlo sin importarle la seguridad y salud de los trabajadores
y del medioambiente, todo por ser el país hegemónico. Del otro lado tenemos una
democracia imperfecta en donde los candidatos que lleguen a al combate de los
jefes, son los que reciben el apoyo de las oligarquías económicas. En este año
de posible renovación, el asunto dado lo que está cayendo, no le estamos
prestando apenas atención, y el “outsider” o asistema Sanders, nuevamente no va
a conseguirlo. El burócrata Biden apunta a ser la esperanza demócrata que muy
probablemente se estrellará en noviembre contra el del flequillo rubio platino
y tendremos cuatro años más de chanchullos y macarronería de nuevo rico de
toques republicanos.
En los
momentos complicados y complejos sale lo mejor y lo peor de las personas.
Estamos asistiendo a ello desde el confinamiento al que nos ha sometido una
nanopartícula. Un asedio que nos pone en nuestro sitio, cuando nos creíamos los
reyes del mambo y jugábamos al transhumanismo (tema pendiente).
El lado
positivo lo tenemos en el esfuerzo de nuestros sanitarios (desde los que se
dedican a la limpieza y desinfección de los centros hasta los médicos, pasando
por auxiliares y enfermeras), de nuestra fuerza de seguridad que han demostrado
salvar sus diferencias competenciales y trabajar a una, reconociendo a los
caídos en servicio, inolvidable gesto de la Ertzaintza. Aunque los gobernantes en esto vayan una vez más por
detrás. Pero no es hora de pedir responsabilidades, ya llegará el momento, pero
tendrá que ser antes de que nos venga la coscada económica.
También
reconocer a los trabajadores de industrias y servicios esenciales para que el
resto podamos vivir recluidos y el esfuerzo desde los que desde sus casas con
teletrabajo mantienen una nueva normalidad laboral.
Otro
hecho positivo es la respuesta de la sociedad civil y tanto individual como de
asociaciones y colectivos profesionales y empresariales aportando ideas e
iniciativas que lamentablemente, y como sino de nuestro ADN nacional no están
encontrando un líder que las integre, dirija y promueva.
Una vez
más asistimos a las representaciones reales de las obras de Lope de Vega y
Calderón de la Barca y surgen pequeños líderes, alcaldes de minúsculas
poblaciones que no sabemos colocar en nuestra geografía pero que toman
decisiones para encarrilar a la manida picaresca que nos muestra nuestro lado
oscuro. Los que no entienden, bien por ignorancia, bien por incívicos y mal
educados, cual es la situación, y sacan a la mascota a preparar un maratón
cuando antes lo hacían lo justo y necesario. Los que van a por tabaco y en vez
de llevarse un carro de cartones como si fuera papel higiénico lo compran por
paquetes, pues ya no venden por pitillos sueltos. Los que hay que compran la
carne, mañana la verdura y a la tarde la leche.
Mención
especial a los modernos estraperlistas que buscan lucrarse aprovechando la
situación y la necesidad ajena. Y mención de honor a los que no ven mejor
ocasión para imponer sus ideas disgregadoras y trasnochadas de una arcadia
feliz en su nuevo estado, haciendo declaraciones infumables, promoviendo plenos
de censura y minigolpes de mano o medrando para conseguir cotas de poder y
entrar en el CNI. Además de no predicar con el ejemplo y saltarse la cuarentana
porque yo lo valgo.
El “experto“ Simón
empieza a sugerir, lo que mis colegas vienen diciéndome, que la salida del
arresto domiciliario ha de ser precavida, pausada y escalonada pues sino se
cumplirán los modelos matemáticos que predicen un repunte que será peor pues
estaremos exhaustos y extenuados, y todavía sin antivirales específicos desarrollados
y vacunas probadas.
Mentalicémonos que esto
va para largo. Paciencia y buenos alimentos tangibles y espirituales. El título
de la reciente exposición, en el museo Reina Sofia, de la artista Nasreen
Mohamedi nos lo anticipaba: “La espera forma parte de una vida intensa”.
Nota: Publicado el 28-03-2020 en navarrainformación.es
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