Los asesinatos de George Floyd
y Rayshard Brooks son una muestra del exceso de celo policial aliñado de
racismo que con demasiada frecuencia se da al otro lado del charco,
lamentablemente a este lado tampoco nos libramos de esa lacra y ya son bastantes
los casos que salpican e implican a la policía autonómica de Cataluña, Mossos d'Esquadra. Esto es lo que
debiera preocupar y ocupar al “president” Torra.
Estos sucesos han provocado distintas reacciones, numerosas
manifestaciones pacíficas y artículos señalando con datos estadísticos la
discriminación racial y social, a las que han seguido actos vandálicos y de
saqueo que no ayudan a la causa sino todo lo contrario y vienen a demostrar
que, así como hay una internet oscura también en nuestra sociedad hay una
corriente subterránea que se debiera encauzar lo antes posible antes de que
pase a mayores y así como hemos vivido en vivo y en directo Contagio(2011), no
nos toque también sobrevivir a una versión real de Mad Max(1979).
El deterioro progresivo de la clase media que ha sido sostén
del mal llamado estado de bienestar no ayuda, y tampoco el “fuera de servicio” del
ascensor social que era el acceso a la cultura y la educación que no termina de
repararse por la falta de entendimiento y obcecación de nuestros políticos.
Sin embargo, quiero poner el foco en la aparente e inocente
corriente revisionista que poco a poco se va instalando, siguiendo el ejemplo
que se le atribuye a Mussolini, de ir pelando la gallina despacio pluma a pluma
y cuando nos queramos dar cuenta la gallina está totalmente desplumada y no
habremos notado el cambio.
Y que, maridada con la anécdota de la gallina de Stalin, la
cual tras ser desplumada brutalmente le seguía cuando le echaba unos granos de
trigo. Gráfico ejemplo para explicar a sus asistentes que “¡así se gobierna
a los estúpidos! La mayoría de los
pueblos, persiguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les
causan, por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida por
uno o dos días”.
Este revisionismo
histórico pseudocientífico consiste en reinterpretar hechos históricos con los ojos de nuestra actual sociedad. Así tenemos que algunos
pazguatos directivos de una conocida cadena de contenido audiovisual multimedia
han censurado Lo que el viento se llevó(1939), por racismo paternalista.
También no hace poco en otra conocida red social se prohibieron cuadros de
desnudos de Picasso, Velázquez, Goya, …. Y la actual ola de ataques a estatuas
de personajes históricos. Como sociedad tenemos la asignatura pendiente de ser consecuentes y aprender de los hechos pretéritos. Censurar
el pasado no borrará, ni cambiará lo sucedido.
Poco a poco nos ponen
unas gafas que distorsionan nuestra visión y a las cuales les van añadiendo
paulatinamente graduaciones de manera que nos pasará como en el ejemplo de
Mussolini. Que dentro de un tiempo no podremos ver sin ayuda de esas lentes. La
vista es vaga y pronto se acomoda a no realizar esfuerzos.
Pero a la vez nos
regalan las migajas de la gallina de Stalin para tenernos controlados. Esos placebos
son acceso, con un sencillo clic, a portales gratuitos de pornografía. Esto si
está permitido, pero una obra de arte como el David o la Venus de Milo es
incitar a la lujuria. El mal no es lo que se muestra sino como se mira.
Otra migaja son los bodrios
de películas cuyo guion es prácticamente inexistente pero que concatenan sucesivas
escenas de violencia explicita y sin sentido. Con lo que la violencia gratuita parece
normal.
Con esta ola de
revisionismo surgen los comisarios políticos, nuevos censores que se erigen en
que cosas se pueden hacer o ver y cuales no. Nos indican con papel timbrado
ministerialmente que las niñas no pueden ser princesas, ni los niños piratas. Sin
embargo, es loable y necesario para su educación, hablarles de opciones de identidad
sexual cuando ni siquiera saben lo que es el sexo.
El Ministerio de
Igualdad ha empezado su particular caza de brujas y envía cartas apelando a la
responsabilidad corporativa a algunas empresas para que, en el diseño de sus productos,
y especialmente los que van dirigidos al público infantil sean más igualitarios
lejos de roles estereotipados. Y resulta que en cada nuevo estreno televisivo aparecen
personas de distintas razas, opciones religiosas y preferencias sexuales, las
cuales encorsetan en manidos típicos y tópicos clichés.
En breve
los escritorios de estos comisarios se llenarán de las denuncias de amigos y
familiares siguiendo los pasos de la revolución cultural del pequeño timonel o el
estilo de la nauseabunda Gestapo. Tras las cuales se construirán centros de
reeducación similares a los vistos en Alguien voló sobre el nido del cuco(1975),
La naranja mecánica(1971) y Los campos de la muerte(1985).
Nota: Publicado en El Blog de El Español el 25-06-2020 (con su primer titulo Lo que el vientos se llevo) y en navarrainformación.es (con su segundo titulo) y el 10-07-2020 en Diario de Navarra con el título de "Revionismo histórico pseudocientífico".
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